Año CXXXIV
 Nº 49.115
Rosario,
domingo  13 de
mayo de 2001
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Una mezcla de razas, una atleta de raza
De padre escocés y madre argentina, la nadadora nació en Francia y dio el salto

Jeannette Campbell habla, sonríe y recuerda. Se emociona. Hace una mirada retrospectiva y todo lo mejor de su pasado está ante sus ojos. Se siente orgullosa y realizada. Toma la medalla de plata y la sostiene suavemente como si se tratara de una piedra preciosa. La observa, medita y piensa. Se toma unos segundos para proseguir el relato. La memoria llega hasta lo más profundo de su pasado. Hasta sus orígenes. "Mi papá, John Campbell, era escocés y mi mamá era argentina, hija de Mary Goldman, una de las primera maestras que Domingo Faustino Sarmiento trajo al país", sostiene emocionada mientras bucea en el álbum familiar buscando un testimonio fotográfico del clan Campbell.
Y sigue relatando: "Mis padres vivían en Pigüé cuando se casaron y un día decidieron hacer un viaje a Escocia. El mundo estaba un poco convulsionado, pero ellos emprendieron el viaje. Estuvieron algunos meses y cuando iban a volver estalló la Primera Guerra Mundial. Entonces desde Escocia se fueron a un pueblito ubicado en el sur de Francia mientras esperaban que las cosas se tranquilizaran y así poder regresar a la Argentina. Era el año 1914 y allí nací yo, en un poblado francés. Por eso me llamo Jeannette, porque allí viví hasta los dos años, hasta que vine para acá".
Nacida en Francia, hija de padre escocés y madre argentina con pasado estadounidense, Jeannette Campbell se siente una Argentina de pura sangre. "Yo soy bien argentina, aunque no haya nacido acá, vine cuando tenía dos años y a esta tierra la quiero mucho. Acá tengo todo".
Los recuerdos se hacen dolorosos cuando menciona nuevamente a su esposo y entrenador Roberto Piper. No es para menos, la persona que la acompañó durante la mayor parte de su vida ya no está junto a ella. "Eramos los dos del Belgrano Athletic. Yo vivía a una cuadra de ahí y él a dos, así que nos encontrábamos siempre en el club. El fue un gran marido y un excelente nadador", se lamenta Jeannette de la persona que la impulsó y acompaño es su expedición alemana. Inmediatamente, trata de sepultar el dolor hablando de sus hijos, de sus nietos y de su bisnieta. "Tengo tres hijos maravillosos. Un varón y dos mujeres que me dieron 10 hermosos nietos y una bisnieta que tiene dos años y es la mimada de toda la familia". Y recuerda: "Con mi hija Susy viví una de las más grandes emociones de mi vida. Ella era pechista y compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio en el 64. En ese tiempo viajé con la delegación argentina y además fui abanderada. Fue una gran alegría poder desfilar con la bandera de mi país junto a mi hija que estaba en la delegación".
Jeannette vuelve a hacer una pausa en su relato. Toma la foto familiar donde está su pequeña heredera preferida. La mira y sus ojos se enternecen. La acaricia, piensa unos segundos y deja en el aire una frase que suena a legado: "Quizás algún día ella se dedique a la natación y consiga una medalla de oro".


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