Año CXXXIV
 Nº 49.103
Rosario,
lunes  30 de
abril de 2001
Min 10º
Máx 15º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Los tres shows en El Círculo fueron un adiós cargado de nostalgias
Los Chalchaleros se despidieron de Rosario
En los conciertos se produjo una fuerte comunicación entre los sentimientos del público y sus artistas predilectos

Los tres conciertos que Los Chalchaleros ofrecieron el viernes, el sábado y el domingo últimos en El Círculo no fueron suficientes para decir definitivamente adiós. Por eso el jueves próximo los salteños brindarán una nueva función, la última en la ciudad, para satisfacer a los cientos de rosarinos que no pudieron verlos por hallarse colmada la capacidad del teatro.
Sin embargo sería injusto considerar esas reuniones artísticas como espectáculos y juzgarlos como tales. Las citas en el teatro se parecieron más a reuniones de amigos que emprenden un viaje sin regreso.
Entonces el clima es diferente y las emociones buscan la superficie de las pieles. Así el agridulce perfume del adiós flotó cada minuto de cada noche de concierto en los sentimientos del público y en el de los artistas. Y detectar esa sensación de pérdida fue muy fácil porque nadie ocultó sus emociones.
Con una afluencia de público que desbordó todas las previsiones, las tres noches fueron tres peñas donde se escucharon los viejos temas de Los Chalcha, se vieron imágenes de todos los integrantes que pasaron por el grupo cantando en distintas épocas gracias a la magia del video. Un excelente trabajo de compaginación y edición de material filmado acompañó, como lujoso telón de fondo, distintos tramos de cada una de sus presentaciones.
Los shows comenzaron con la proyección de un video que mostró un racconto de los 53 años de carrera del conjunto salteño. Imágenes en blanco y negro, con unos jovencísimos chalchaleros dando los primeros pasos en una de las carreras más largas que reconoce el folclore argentino, hasta finalizar con una postal de los cuatro integrantes actuales del grupo cantando en la Antártida. Un emotivo prólogo para una noche de evocaciones.

La ovación inicial
La primera canción que interpretó el cuarteto, luego de que el público lo recibió de pie y le regaló una verdadera ovación de bienvenida, fue "Argentina que canta". El concierto continuó con "A pura ushuta", una tradicional chacarera que impuso el grupo, marcada con el bombo profundo de Polo Román que latió tan acelerado como el del público.
Con un marco escenográfico integrado por bambalinas que simulaban barracanes robados de los telares catamarqueños o santiagueños y con cerros pintados al fondo, que flanquearon una pantalla gigante donde se vieron distintas imágenes alusivas a las canciones, los cuatro cantores se presentaron parados sobre una tarima, tras una pirca semiderruida y con dos cardones como solitarios guardianes de algún perdido vallecito salteño.
Desde ese sitial Pancho Figueroa, Juan Carlos Saravia, Facundo Saravia y Polo Román se despacharon con mitades de zambas que integró a "Debajo de la morera" con otra mitad de "Del tiempo i'mama". Un chaparrón de aplausos interrumpió los clásicos, que dieron continuidad a dos mitades de zambas célebres de los cantores: "Velay no sé" y "Viene clareando". Sin pausas para reponerse llegó "La cerrillana" que el público aplaudió de pie.
Las imágenes alusivas también fueron protagonistas. Así se alternaron paisajes nocturnos con videos de los mismos músicos cantando en diferentes escenarios el tema que se escuchaba en vivo y en directo. Así llegó también la "Vidala del nombrador" y después la antigua "Yo vendo unos ojos negros", que muchos asistentes cantaron en voz baja, acompañando a los artistas desde el corazón y la memoria.
Pero también hubo tiempo para temas de los 70 como "Si llega a ser tucumana", la hermosa zamba del Cuchi Leguizamón y Miguel Angel Pérez que mostró como marco un bellísimo video de los artistas cantando y al bailarín Julio Bocca, y a su madre Nancy bailando la zamba vestidos como paisanos salteños.
"Gracias a la vida" pareció ser la última, pero aún faltaban "Lloraré", "La López Pereyra" , "Zamba de mi esperanza" cientos de pañuelos agitados desde la platea y los palcos. Y fue el adiós.



Los Chalcha y una imagen intacta para la memoria.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
Picardía y sentimientos
Diario La Capital todos los derechos reservados