La primera marcha que se realizó en Rosario para conmemorar el Día del Trabajador, el 1º de mayo de 1890, fue encabezada por una mujer. De naturaleza inquieta y contestataria, supo ponerse al frente de los reclamos sociales y se transformó en uno de los primeros exponentes del movimiento sindical rosarino. Lideró huelgas, pronunció encendidos discursos y no dudó en alzar su voz para denunciar los excesos a los que eran sometidos los obreros de principio de siglo pasado. A raíz de esto, fue perseguida y debió marchar al exilio. Se llamaba Virginia Bolten. Hoy, 111 años después de que liderara el primer acto de un 1º de Mayo en Rosario, los concejales estudian un proyecto para homenajearla y analizan la idea de crear un paseo con su nombre en el barrio Refinería, el lugar donde desarrolló gran parte de su militancia gremial.
La iniciativa es motorizada por el concejal frepasista Leonardo Panozzo, quien en el marco de un extenso estudio que acompaña su proyecto, destacó que la vida de Bolten "fue ejemplar y trascendente. Actuó entre 1890 y 1907 y asumió un papel plenamente comprometido en la defensa de los derechos de la mujer trabajadora", subrayó el edil, al tiempo que remarcó que en la época en que Bolten desarrolló su actividad gremial "la participación de las mujeres en la vida pública era muy limitada y fuertemente discriminada".
El lugar donde se propone crear el paseo que llevará el nombre de esta militante de principios de siglo pasado, está ubicado en la intersección de la avenida de las tres vías Luis Cándido Carballo con calle Gorriti, y abarcará parte del predio que se extiende hasta el comienzo de la futura rotonda que unirá esa avenida con la conexión al Paseo Ribereño.
No son muchos los datos históricos que ilustren sobre la vida de Virginia Bolten, pero la crónica del diario La Capital del 2 de mayo de 1890 relata que la columna de los trabajadores que marcharon por primera vez en la ciudad fue encabezada por ella. Llevaba una bandera negra con una inscripción en letras rojas que rezaba: "1º de Mayo-Fraternidad Universal".
Bolten vivía en el barrio obrero que se había levantado en las cercanías de la Refinería Argentina de Azúcar, una gran planta industrial que se inauguró en Rosario en 1889 y se transformó en la fuente de trabajo de miles de obreros de la ciudad. Allí se emplazó lo que hoy se conoce como barrio Refinería, en la zona norte rosarina.
"Una joven que arrastra multitudes"
A comienzos del siglo pasado, el gobierno de Julio Argentino Roca le encomendó a un ingeniero catalán, Juan Bialet Masset, realizar un relevamiento de la situación de los trabajadores en todo el país. Con ese propósito, Bialet Masset llegó a Rosario y describió a la Refinería Argentina como "el establecimiento más importante de la ciudad".
Pero el ingeniero se topó en su viaje con una joven contestataria y rebelde, Virginia Bolten. Tanto impacto le causó esta mujer, que en el informe que remitió al gobierno central escribió: "Hay en Rosario una joven puntana de palabra enérgica y dominante que arrastra a las multitudes, es más enérgica que Luisa Michell" (heroína de la Comuna de París en 1871).
Para la licenciada en Historia y miembro del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Rosario (Ciunr), María Alejandra Monserrat, Bolten habría nacido en San Luis y años más tarde se trasladó a Rosario. "Es muy probable que haya sido oriunda de San Luis pero los primeros pasos en la militancia gremial los dio en Rosario", aseguró.
Del análisis del contexto histórico del momento, se deduce que a fines de 1800 la sociedad rosarina estaba convulsionada. El historiador Plácido Grela ubica a los orígenes del movimiento obrero de Rosario en 1880, "cuando los trabajadores ocupados en cocherías, imprentas y otros establecimientos se organizaron para defender sus intereses sociales y económicos".
El autor sostiene que los precursores de esa actividad social "fueron los núcleos socialistas y anarquistas", integrados fundamentalmente por agitadores extranjeros que habían participado de distintos movimientos revolucionarios en Europa.
El café La Bastilla
Las crónicas de la época señalan que la actividad militante de anarquistas y socialistas se concentraba en un bar de la ciudad llamado La Bastilla, que ubican en calle Rioja pero no dan referencias concretas.
Para Monserrat, el bar "estaba en lo que ahora es el microcentro rosarino. La ciudad era muy chica, así que seguramente La Bastilla habría estado en Rioja y Entre Ríos o Mitre". Allí se reunía Virginia Bolten a reivindicar leyes protectoras de los trabajadores. Es más, según Grela, ella misma viajó a Buenos Aires a buscar copias del manifiesto que había redactado un Comité Obrero Internacional que se reunió para apoyar las proclamas que se lanzaron un año antes, en Francia.
Bolten fue detenida por distribuir "propaganda anarquista" entre los trabajadores de la Refinería, pero un día después estaba encabezando la marcha del 1ª de Mayo.
La persecución hacia Bolten y otros militantes continuó hasta que en 1902 finalmente fue expulsada del país. Se refugió en Uruguay, pero regresó al poco tiempo. Grela la ubica militando activamente en 1903 en una huelga de choferes de Tranways en Rosario, al tiempo que asegura que en 1904 participó en una protesta de empleados de comercio y tres años después en una "huelga de inquilinos".
De naturaleza inquieta y contestataria, tuvo que exiliarse definitivamente en Montevideo, muy lejos del barrio Refinería, en donde comenzó su lucha en defensa de los trabajadores. Hoy, 111 años después de que encabezara la marcha del aquel 1º de Mayo de 1890, su regreso al barrio parece empezar a gestarse.