Si algo prueba "La mexicana" es que una comedia romántica no puede sostenerse únicamente en la chapa de la pareja protagonista. A juzgar por los resultados, los productores y el director de esta película no esperaban mucho más que eso. Lo inexplicable es que teniendo a Julia Roberts y Brad Pitt, dos de las estrellas más taquilleras de los últimos años, se los separe justo después del comienzo de la historia. En "La mexicana" no hay romance, sino una pareja que se grita por teléfono todo el tiempo. Tampoco hay comedia, porque cualquier situación graciosa está seguida por una desgracia. Y la aventura, si así puede llamarse, tiene pocos momentos de tensión y al final se pierde en un cruce de lo más confuso entre bandas rivales que buscan una antigua y valiosa pistola (la mexicana del título). Brad Pitt actúa como si fuese un actor lindo del reparto de "Verano del 98". Exagera todos sus tics y encima tiene que repetir diálogos tan inverosímiles como insulsos. Cuando él está en la pantalla, la película, de por sí larga, se vuelve interminable. Además parece un chico al lado de Julia Roberts, tanto que uno llega a extrañar al Richard Gere de "Mujer bonita". La película sólo se salva en algunas escenas porque Julia Roberts es una buena actriz de comedia y porque James Gandolfini (el actor de la serie "Los sopranos") hace de su personaje un matón creíble y querible. Hay más química de pareja entre ellos que entre la dupla Roberts-Pitt.
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