Jorge Favre no tuvo más remedio que renunciar a la presidencia del Tribunal de Cuentas de la provincia para evitar ser sometido a juicio político. La estratégica retirada del funcionario no parece que vaya a cerrar la polémica desatada cuando se conoció que, además de su sueldo (6.000 pesos), cobraba una jubilación de excepción de 3.100 pesos. Favre llevó ayer su renuncia escrita a la Casa Gris con la intención de entregársela al gobernador, pero como Reutemann no lo recibió, se la dejó al secretario General de la Gobernación, Domingo Esquivel. En el texto enfatiza que durante el desempeño de sus funciones no incurrió "en ningún tipo de incompatibilidad", y respalda su afirmación en "quienes conocen mi trayectoria y actividad pública", que "saben de una conducta que se ha ajustado siempre a los principios de honrar los cargos que me tocó desempeñar a fin de no defraudar a quienes depositaron su confianza en mí". "Tengo una conciencia que no me acusa de nada", asegura Favre antes de justificar que deja su cargo "para evitar que interpretaciones interesadas pretendan utilizar esta circunstancia para generar una crisis institucional que no deseo". ¿A qué refiere esa frase poco clara? Lo que el papel recoge como pálida insinuación no tardó en tomar un nombre más prosaico: "Campaña política". Y fue el propio Favre quien lo dijo cuando se declaró víctima de una "jugarreta" originada en el propio Tribunal de Cuentas, dividido exclusivamente en vocales que responden al reutemismo (Hugo Carnevale, Néstor Priotti y Osvaldo Pérez Serrano) y al obeidismo (Horacio Alessandría y Favre). El renunciante era uno de los dos que había llegado de la mano de Jorge Obeid, aunque sin ser justicialista. Una campaña política surgida desde el propio seno del órgano de control que acabó volteando a un hombre de uno de los dos sectores político sólo es atribuible al otro sector político. Favre pareció convencido de ello ayer al hablar por radio: "Yo toqué el tema tangencialmente señalando que entendía que toda esta campaña que se había orquestado provenía del mismo Tribunal. Nadie dijo nada, todos se sorprendieron pero no hubo ninguna reacción. Ni me avalaron ni me objetaron", agregó en referencia a los vocales del organismo que se reunieron en plenario el martes. ¿Cuál es el móvil de una campaña para obligar a Favre a renunciar? Según sus dichos, el ajuste de gastos que dispuso en el organismo. "Sé que hay algún hecho que ocurrió a principios de año. No sólo la reducción de gastos para el personal, que permitió en su momento hacer una economía interesante en enero y febrero, que proyectadas al año nos permitió designar a reemplazantes en planta permanente", fue todo lo que expresó. Luego afirmó estar seguro de su situación legal ("imagínense que antes de entrar al Tribunal me aseguré, hay antecedentes, fallos, jurisprudencia"), y agregó que "si fuera a la Justicia podría seguirlo hasta el cansancio, pero como esto tiene un trasfondo político y yo tengo poco respaldo, entiendo que es inútil prolongarla". Favre también la emprendió contra el PDP: "Pomposamente ex correligionarios salieron a decirme que me expulsaron por inconducta partidaria. No dicen que fue por oponerme a una conducción de sociedad anónima que garantizaba la perpetuación en los cargos de unos pocos".
|  Favre dijo que fue víctima de una campaña política. |  | Ampliar Foto |  |  |
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