Hermes Binner ratificó ayer su oposición a la ley de lemas durante una reunión que mantuvo con el ministro de Gobierno santafesino, Angel Baltuzzi, en el marco de las deliberaciones por la reforma política convocada por el Ejecutivo provincial.
Además del intendente de Rosario, concurrieron a la ronda de consulta en representación del Partido Socialista Popular (PSP) los diputados Rubén Giustiniani (nacional) y Eduardo Di Pollina (provincial), Patricia Sandoz y Aurora Baudín. Baltuzzi estuvo acompañado por el senador provincial Julio Gutiérrez (PJ). A través del diálogo con los distintos partidos el gobierno busca consenso para enmendar el sistema electoral y reformular el ejercicio de la política en la provincia.
El PSP no sólo insistió en la necesidad de derogar la ley de lemas, también le pidió a la provincia que adopte el régimen de autonomía municipal (fijado en la Constitución nacional de 1994) y rechazó el sistema de tachas.
La experiencia uruguaya
Al fundamentar su posición, Binner consideró al retirarse de la Casa Gris que "las reformas que se propusieron a la ley de lemas agravan más lo que ya existe". Luego explicó que "las experiencias de la ley de lemas han sido muy malas. El único país que la tenía era Uruguay y terminó derogándola. En Santa Fe significó una confusión para los electores, que por lo general votan por un candidato y su voto es trasladado a otro al que tal vez no pensaba votar".
Más allá de la oposición al planteo reformista del gobierno, Giustiniani consideró "muy buena" a la hora y media de reunión, porque -dijo- "rescatamos la convocatoria al diálogo y a la búsqueda de una concertación de los partidos en procura de un consenso".
Para los pesepistas no hubo sorpresas. Como todos los representantes partidarios que los antecedieron, los socialistas sabían que habían sido convocados para discutir retoques a la ley electoral, jamás su derogación, como siempre reclamaron. "Reiteramos nuestra postura histórica; la norma debe ser derogada porque desvirtúa la voluntad popular. Una ley confusa no puede reformarse sin sumar más confusión", resumió Di Pollina.
"Seguiremos discutiendo hasta que sea derogada", coincidió Binner, y agregó: "No sólo sirvió para confundir al electorado, también fue motivo de disgregación dentro de los partidos, donde se terminó el debate de las grandes políticas de gobierno".
La propuesta de un sistema de tachas tampoco sedujo al PSP. "Se trata de un nuevo retroceso a la voluntad popular ya que posibilita que se orquesten maniobras mediante la distribución armada de boletas con tachas y sustituciones dirigidas por otras fuerzas políticas distintas a la que impulsa la lista víctima de la maniobra".
Los pesepistas, en cambio, recibieron de buen grado otras propuestas oficiales: Están de acuerdo en reducir el tiempo de las campañas electorales a dos meses, blanquear el financiamiento de los partidos dejándolo a cargo del Estado exclusivamente, prohibir la difusión de encuestas 48 horas antes y después de los comicios, reducir los gastos globales de la política, entre otras iniciativas.