El centroizquierdista candidato a primer ministro italiano, Francesco Rutelli, y el ex titular del Ejecutivo Massimo D'Alema apoyaron ayer la intención del presidente Fernando de la Rúa de ampliar las bases políticas de la Alianza y hasta le explicaron que "no le hacen perder la identidad". Según reveló el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, ambos destacaron que "es importante ampliar los soportes de las alianzas -ellos prefieren hablar de coaliciones- para un gobierno de unidad nacional". Rutelli, alcalde de Roma y candidato a premier por la coalición del Olivo -la que llevó a D'Alema al poder-, aseguró que "la incorporación de Domingo Cavallo le otorga al país un sentido de unidad en un momento difícil". Asimismo, remarcó que el titular de la cartera de Hacienda es "un economista muy bien conceptuado por los empresarios italianos". Al dialogar con la prensa, Rutelli manifestó su confianza de triunfar en las elecciones del 13 de mayo y hasta bromeó con la posibilidad de viajar a Buenos Aires ya como primer ministro. Siempre según la versión de Rodríguez Giavarini, D'Alema le explicó a De la Rúa que "esto no hace perder la entidad" y tildó al ex vicepresidente Carlos Chacho Alvarez como "un tipo valioso" para fortalecer el mosaico de partidos en el poder. En este caso, el actual diputado nacional -quien dijo tener una "unidad intelectual" y la misma formación que De la Rúa- se dirigió especialmente al diputado Juan Pablo Cafiero, quien también participó de la reunión, por considerar que tenía "más afinidad" con el titular del Frepaso. En ese marco, Rodríguez Giavarini comentó que De la Rúa le expresó a Rutelli su deseo de que "Italia tenga un rol más activo en el blindaje", aunque aclaró rápidamente que esto "de ninguna manera" implicaba una ampliación del marco de contención financiera. Al ser consultado sobre cómo lo podría hacer, el responsable del Palacio San Martín respondió: "Como España, con un aporte concreto". Al mediodía, el primer mandatario argentino se había trasladado con su esposa Inés Pertiné hasta Castel Porciano, la residencia de verano que el presidente de Italia Carlo Azeglio Ciampi tiene a 20 kilómetros al sur de Roma, para almorzar a solas con él y su mujer. A su regreso, De la Rúa comentó que el diálogo fue "afectuoso, de apertura y franqueza" y que se centró en las "perspectivas políticas de nuestras fuerzas", dado que los dos integran la Internacional Socialista. El primer mandatario valoró las relaciones con el líder político italiano y su reforma para que Italia creciera e ingresara en el tratado de Maastrich, así como también su gestión para el deseado "riesgo cero" en la consideración de los mercados mundiales. De la Rúa dedicó la tarde de su tercer día en Roma para entrevistarse con distintos dirigentes políticos y empresariales en el Marriot Plaza Hotel Gran Flora, hasta donde también concurrió el cardenal Alfonso López Trujillo, responsable del Consejo Pontificio para la Familia. Hoy, finalizará su gira con la audiencia oficial con el papa Juan Pablo II, prevista para las 11 hora de Italia (7 de Argentina); y un encuentro con el secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Angelo Sodano. Como aperitivo, De la Rúa bregó ante obispos y cardenales, contra "el aborto, la manipulación genética, la eutanasia y la xenofobia". Un mensaje que cayó como maná del cielo en los oídos clericales.
| |