Madrid. - La enérgica intervención del rey Juan Carlos I en favor de la democracia y el orden constitucional fue decisiva para hacer fracasar el intento de golpe que el 23 de febrero de 1981 estremeció a España. A las 1,23 horas de la madrugada del día 24, cuando el Congreso de los Diputados llevaba siete horas tomado por los golpistas, el monarca, vestido con uniforme de capitán general, dirigió un histórico mensaje a la nación por radio y televisión: "Al dirigirme a todos los españoles, con brevedad y concisión, en las circunstancias extraordinarias que en estos momentos estamos viviendo, pido a todos la mayor serenidad y confianza y les hago saber que he cursado a las regiones militares: "Ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el palacio del Congreso y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las autoridades civiles y a la junta de jefes de estado mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente. "La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum".
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