Madrid. - Los españoles rememora hoy el vigésimo aniversario del "23-F", el intento de golpe de Estado que puso en peligro la joven democracia en España luego de la renuncia del presidente Adolfo Suárez. Ayer, el Congreso español votó una comunicación de condena del alzamiento, también conocido como el "Tejerazo". Aquel día, el 23 de febrero de 1981, los diputados se aprestaban a votar la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del gobierno de España cuando el entonces teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero entró al Parlamento al frente de un pelotón armado y, pistola en mano, gritó: "¡Quieto todo el mundo...se sientan! ¡Coño!". De esa manera, Tejero se convirtió en la cara visible de un intento que hizo peligrar la democracia y que reavivó el recuerdo de la Guerra Civil española (1936-1939), cuando habían pasado sólo cinco años de la muerte del ex dictador Francisco Franco. El Parlamento en pleno estuvo secuestrado durante diecisiete horas, incluidos el todavía jefe del Ejecutivo, Adolfo Suárez, sus ministros y los principales líderes de la oposición, el socialista Felipe González y el comunista Santiago Carrillo. Valencia, en tanto, estuvo tomada por los tanques del ejército y el capitán general Jaime Milans del Bosch declaró allí el estado de sitio y la supresión de las garantías constitucionales. Bosch fue condenado en 1982 a 30 años de prisión, de los que sólo cumplió siete por motivos de salud, y falleció en 1997. La tercera cabeza visible del golpe -la fundamental, según muchas versiones fue la del entonces general de división Alfonso Armada, presuntamente designado por los conspiradores para ocupar el gobierno tras el golpe. También Armada, quien aún insiste en que fue víctima de una conspiración política orquestada por Tejero, fue condenado a 30 años de cárcel e indultado luego por razones de salud. "Quisiera que alguien me explique algún día que fue todo aquello del 23-F", dijo el ex general durante el juicio que se le siguió luego del frustrado golpe. Varias publicaciones aparecieron en los últimos meses abordando el tema del 23-F, que a 20 años de los sucesos sigue presentando zonas de sombra que por estos días son el centro de los debates de periodistas y autores españoles. En estos días, el diario El Mundo anunció que existieron cómplices de Tejero en el Cesid, el servicio de inteligencia del ejército. Ninguno de sus miembros fue condenado por participar o colaborar con el alzamiento. En la madrugada del 24 de febrero de 1982 el rey Juan Carlos apareció por televisión para defender el orden constitucional y condenar el golpe, lo que evitó que el movimiento militar fuera secundado en los cuarteles y devolvió la tranquilidad al pueblo español.
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