Año CXXXIV
 Nº 49.035
Rosario,
miércoles  21 de
febrero de 2001
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Reunión cumbre
Apostillas de una jornada con honores, flashes y demoras

Casi media hora después de lo previsto, cerca de las 10.30, las corridas de una multitud de fotógrafos alertaron sobre la llegada de Carlos Reutemann y, principalmente, los huéspedes de honor: Carlos Ruckauf y José Manuel de la Sota. Sonrisas de rigor en el caso del gobernador bonaerense, un notorio bronceado por parte del cordobés, los tres mandatarios lograron hacerse paso entre periodistas, algunos militantes justicialistas y el vallado formado por los guardaespaldas de Ruckauf y los uniformados del operativo de seguridad. Puertas adentro los aguardaba la banda de la policía con un estruendoso recibimiento. Afuera había quedado un grupo de tímidos manifestantes de ATE que apenas hicieron sentir sus reclamos.
Minutos después de arribar a la sede rosarina de la Gobernación, desde el Salón Blanco se escuchó la voz de un locutor que pasaba lista de las autoridades presentes. Luego fue el turno de agasajar a los visitantes con sendos decretos que acreditaban su condición de huéspedes de honor de la provincia.
El primer contacto con la prensa fue fugaz, apenas para las fotos. Inmediatamente, los tres gobernadores se retiraron para reunirse a solas. Las noticias que llegaban desde el despacho de Reutemann no eran alentadoras para el periodismo: asistentes y colaboradores de distintos funcionarios ofrecían amplias sonrisas para anunciar que la conferencia de prensa, prevista en un primer momento para las 11.30, se iba a demorar "unos minutos más", luego "media hora más"...
El equipo de "Así estamos", el programa de América que conduce Juan Di Natale, tuvo que luchar con la gente de seguridad para poder entrar con sus cámaras en la sede de la Gobernación. Una vez adentro, el movilero porteño fue menos paciente que los periodistas locales y, como si de un recital se tratara, incitó al resto a aplaudir para apurar el trámite. Al menos, sándwiches, canapés y gaseosas sirvieron para amenizar la espera.

Oídos sordos
Finalmente, casi sobre las 13.30, los gobernadores rubricaron la Declaración de Rosario y cumplieron con la conferencia de prensa. Ante la atenta mirada de ministros de las tres provincias y la inesperada presencia del encuestador Julio Aurelio, un Reutemann de muy buen humor eligió hacer oídos sordos ante las preguntas más comprometedoras. "No escucho bien", disparó apenas la palabra "2003" retumbó en el Salón Blanco, frase que repitió cuando lo consultaron sobre el arribo de un candidato menemista a su territorio.
Apenas concluyó la conferencia, Ruckauf y De la Sota partieron. Las mesas reservadas en dos elegantes restaurantes jamás fueron ocupadas. Reutemann no tuvo opción: asediado por micrófonos y cámaras de televisión, apenas si se defendió afirmando que no había leído el informe que le dejó Julio Aurelio. "Yo no lo pedí, vino con Ruckauf", dijo sobre la presencia del encuestador. Un segundo antes de que se perdiera por los pasillos de la sede de la Gobernación, contestó sobre sus diferencias con Ruckauf: "Pregúntele a Julio Aurelio".
H.M.


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