Jose Barrita, más conocido como El Abuelo, pasó de ser el principal protagonista de la barra brava de Boca y de hechos relacionados con la violencia en el fútbol a un olvidado que murió alejado de su más querido territorio: la tribuna de la Bombonera.
Un hombre que tuvo a maltraer a la dirigencia del club de sus amores, que en algún momento su nombre fue coreado por cientos de voces en ese espacio del segundo piso de la Bombonera y que, tristemente, apareció un día acompañado de uno de las más duros calificativos en un submundo donde la delincuencia está a un paso. "Abuelo botón". Así rezaba una bandera que se exhibió durante muchos partidos luego del juicio donde varios de sus adláteres recibieron duras condenas por el homicidio de dos hinchas de River Plate, el 30 de abril de 1994.
Barrita, por su parte, recibió una condena mucho mas liviana que sus pares de la 12, cuando fue condenado nada más que por asociación ilícta y extorsión.
Había nacido en Spilinga, un pueblito de la región de Cattanzaro en la provincia de Calabria, el 5 de enero de 1953, hasta que sus padres decidierion venir a vivir a la Argentina para hacerce la América.
Llegó al barrio de la Boca, más precisamente en la calle Olavarría entre Mouse y Aristóbulo del Valle. Pepe, como lo llamaban sus amigos, cursó el primario en la escuela número 1 Mariano Moreno y abandonó sus estudios secundarios cuando finalizó el segundo año en el Colegio Industrial Italia.
Con 15 años se fue a probar cuatro en Excursionistas, pero abandonó enseguida. "Porque era muy vago", decía reiteradamente.
A los 18 años comenzó a colaborar con don Alejandro en un aserradero de mármol que su padre poseía en Mataderos. Dos años más tarde empezó a ayudar a su madre en el viejo almacén de la calle Eizaguirre de la localidad bonaerense de San Justo.
Antes de hacerse socio de Boca (tenía el carnet 7.923) en 1966, ya lo era de Almirante Brown, que intervenía en los campeonatos de ascenso. Por ascendencia y por su carisma, se entronizó como el jefe de la 12, que aterrorizaba a las hinchas rivales y con las que mantuvo grandes disputas.
José Barritta formaba parte de la barra brava, que en ese momento era capitaneada por Quique El Carnicero, dueño del bar y restaurant La Glorieta de Quique, ubicado frente a la puerta principal de la Bombonera.
Luego se produjeron una serie de enfrentamientos entre los integrantes de la hinchada, que derivó en el alejamiento de Quique, lugar que ocupó El Abuelo, quien comenzó su liderazgo cuando Martín Noel ejercía la presidencia de Boca.
Por más de 15 años fue la cara visible de esos bravucones del tablón, que amenazaban y golpeaban a los hinchas adversarios y hasta les tendían emboscadas y provocaron hasta la muerte de dos hinchas de River: Maximiliano Vallejos y Angel Delgado, en 1994.
"Embajador" argentino
El Abuelo se dio el gusto de ser el jefe de los simpatizantes argentinos que presenciaron el mundial de 1986 en México, donde Argentina, de la mano de Diego Armando Maradona, se consagró campeón.
Poco a poco fue perdiendo peso entre sus pares de la hinchadas que no le perdonaron que los delatara. Recibió una condena de 13 años por asociación ilicita y extorsión, pero la pena le fue reducida y recuperó la libertad el 18 de agosto de 1998.
Su vida ya no fue la misma, porque vivió escapándose de aquellos que querían vengarse y además su salud comenzó a deteriorarse. Hace dos meses, con graves problemas pulmonares, fue internado en el Hospital San Juan de Dios de Ramos Mejía, donde dejó de existir en las primeras de hoy, víctima de una neumonía.
Así, dejó este mundo un personaje siniestro, que fue el jefe de la peligrosa barra brava de Boca, que durante las décadas del 80 y 90 asoló las canchas argentinas y que tiene sobre sus espaldas una serie de actos vandálicos y que escribieron gran parte de la historia de la violencia en el fútbol argentino.