A una semana de que Mariano Perel y su esposa aparecieran baleados en la ciudad balnearia de Cariló, la Justicia no ha podido determinar realmente qué pasó adentro de la cabaña 32 del apart hotel Punta Hamlet, y todavía no existe en el expediente judicial ningún peritaje que indique si las armas secuestradas fueron disparadas y si había o no rastros de pólvora en las manos de las víctimas, lo que recién se comenzará a estudiar hoy en el gabinete de Asesoría Pericial de La Plata.
El secretario de la fiscalía a cargo del caso, Federico Fourquet, confirmó que recién hoy los peritos comenzarán a trabajar en los estudios balísticos y forenses, para los que ya solicitaron una prórroga de 15 días que demorará los resultados como mínimo hasta los primeros días de marzo.
Por el momento, los investigadores parecen más preocupados por buscar un móvil que sustente la carátula de doble asesinato, que en demostrar científicamente la imposibilidad de que haya tratado de un homicidio seguido de suicidio, como algunos sospechan. Es que las informaciones que surgieron durante la semana sobre los negocios oscuros que vinculan a Perel con el lavado de dinero, el espionaje internacional y traiciones a grandes firmas financieras volcaron desde un principio la pesquisa hacia un doble homicidio por encargo.
Distintas hipótesis
Y hasta quienes avalan la hipótesis del asesinato seguido de suicidio creen que el perfil de Perel era lo suficientemente oscuro como para que alguien tuviera más de un motivo para querer matarlo. Pero una parte de la policía está convencida de que el financista era capaz de todo, incluso de haber estudiado el escenario donde ejecutaría su plan: asesinar a su mujer, pegarse un tiro y dejar todo preparado para confundir a quienes debieran investigar con la pista del doble homicidio.
Quienes sustentan en cambio la hipótesis del doble crimen vinculan directamente el caso a una venganza, que asusta a más de un integrante de las las altas esferas del poder financiero nacional e internacional. Perel tenía muchas deudas, la mayoría de palabra, de las difíciles de saldar. Y la investigación está directamente orientada a su presunta vinculación con el lavado de dinero y la traición mediante la venta de información.
No es casual, consideraron los pesquisas, que un personaje de tamaña envergadura haya aparecido muerto justo un día antes de que el Senado norteamericano se refiriera al lavado de dinero y triangulación de divisas de origen dudoso entre la Argentina y un banco de Nueva York. En el expediente constan los movimientos extraños de Perel, sus frecuentes viajes a Estados Unidos -incluso de ida y vuelta en un mismo día- sin vinculación alguna con su trabajo en la empresa Antfactory Latin América y sus deudas.
Mientras aguarda los peritajes, la fiscal Claudia Castro avanza en la investigación de la vida del ejecutivo. También en la de su esposa, quien -según Hardy- padecía un cáncer sanguíneo o al menos eso le había comentado Perel.