"Vamos a terminar de una vez con los radares cazabobos", aseguró ayer el subsecretario de Transporte provincial, Carlos Muia, quien confirmó que durante esta semana comenzará a regir un nuevo convenio que reglamentará la actividad y en el que se destaca una renovada señalización y un control más profundo para evitar abusos. "La experiencia va a ser piloto, y si con el tiempo detectamos que los problemas persisten, vamos a pedir que se eliminen los radares de toda la provincia", aseguró el funcionario provincial.
De este modo, la Secretaría de Transporte provincial, organismo que tiene a su cargo verificar y controlar el uso de radares en las rutas provinciales y nacionales que cruzan por territorio santafesino, salió a poner paños fríos a una creciente indignación de miles de automovilistas que aseguran que han sido víctimas de "radares que persiguen un fin meramente recaudador".
Precisamente los controles abusivos que algunas comunas hacen por medio de los radares fueron también señalados por La Capital el domingo pasado, cuando luego de recorrer un radio de 100 kilómetros a la redonda por rutas que acceden a Rosario -como la 33 o la 9- detectó una serie de perlitas que indican que la presencia de sensores netamente recaudadores.
"Tenemos que lograr que el radar no se convierta en una trampa cazabobos con el único fin de recaudar fondos para las comunas", señaló ayer Muia, al tiempo que puntualizó que con el nuevo convenio que comenzará a regir hoy en algunas localidades, "se pondrá el acento en la prevención".
"Con esta nueva reglamentación vamos a eliminar el espíritu recaudador. No puede ser que estos aparatos aparezcan de repente en una curva o estén semiocultos", señaló.
Una nueva oportunidad
La experiencia piloto que comienza esta semana en algunas comunas -Muia no reveló cuáles- y a la que tendrán que adecuarse todas las localidades que tienen radares a la vera de los caminos tiene por objetivo dar una nueva oportunidad al control de velocidad mediante estos aparatos. Pero si la experiencia no calma los ánimos y se siguen detectando abusos, la provincia pedirá la anulación de los controles en todo el territorio santafesino.
Muia explicó ayer que el nuevo convenio "especifica que los radares tendrán que estar autorizados por la Secretaría de Comercio de la Nación y verificados por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti)". El funcionario indicó además que "las comunas deberán presentar un croquis en el que señalen claramente dónde está el radar, que no podrá instalarse en una curva ni en un lugar poco visible".
En tal sentido, adelantó que los carteles que alerten la presencia de los radares "deberán colocarse 600 metros antes" del aparato, al tiempo que subrayó que las velocidades máximas permitidas en las áreas urbanas "será de 60 kilómetros por hora".
Además, el funcionario recordó que "antes de colocar el radar, la comuna deberá promulgar una ordenanza que lo autorice. De ese modo se logra que los presidentes comunales no coloquen el aparato cuando y donde ellos quieran", aseguró.
Una triste estadística
Pero más allá de explicar los pormenores del nuevo convenio que permitirá el uso de radares, el subsecretario de Transporte provincial hizo hincapié en el hecho de que "los controles de velocidad son muy necesarios. Hoy se producen casi 400 muertes al año en la provincia y es por eso que tenemos que actuar", señaló, y destacó que "se está trabajando para mejorar el sistema".
"La gente tiene que quedarse tranquila y saber que los controles de velocidad son para su beneficio, pero de ninguna manera vamos a permitir que se les meta la mano en el bolsillo", indicó Muia.
Por último, informó que "una vez que las primeras comunas empiecen a funcionar bajo las normas de este nuevo convenio, todas las restantes deberán adecuarse. Si no lo hacen, les vamos a suspender las autorizaciones para utilizar radares", remató.