El perjuicio masivo que los radares están causando a los automovilistas a lo largo de algunos corredores santafesinos ya comienza a sentirse en los peajes, tanto en las rutas donde abunda ese sistema de control como en aquellas donde los aparatos no acechan. En estas últimas, el tránsito se incrementó, a pesar de que también hay peaje, lo que en principio demostraría que los automovilistas no escapan de las estaciones de cobro, sino -entre otras cosas- de la voracidad recaudatoria de algunos municipios.
Muchos conductores han elegido rutas alternativas para no tener que pasar por las radarizadas. Por supuesto que el de los radares es un motivo entre otros, como la peligrosidad de algunas rutas o la excesiva cantidad de localidades que atraviesan. Pero las quejas también hablan de una tendencia.
Los concesionarios de las rutas nacionales 9 y 33 serían los más perjudicados. Mientras tanto, la ruta provincial 13 (de Córdoba, alternativa a la 9) vio incrementar el tránsito en un 30 por ciento, y la provincial 14 (santafesina, alternativa a la 33) lo duplicó en apenas tres años.
Tanto es así que los concesionarios de los peajes en esas dos rutas, dos entes intercomunales sin fines de lucro, ya tienen proyectadas importantes obras de repavimentación en buena parte de sus recorridos.
Las autoridades provinciales ya tomaron apunte de la situación generada en las rutas nacionales. El mismo subsecretario de Transporte provincial, Carlos Muia, admitió que "se están cometiendo abusos" y adelantó que hoy comenzará a regir un nuevo convenio tendiente a "rescatar el fin preventivo y no recaudador" del sistema (ver página 4).
"No molestamos a la gente"
"Nosotros no molestamos a la gente, acá no hay radares, cuanto más le pondremos alguna lomada y un semáforo para frenar el tránsito. Pero no nos abusamos", manifestó José Saúl Betti, presidente de la comuna de Bombal y del Corredor Vial Nº6, unidad ejecutora ruta 14, que administra el peaje desde Miguel Torres hasta la 33.
Betti es un defensor apasionado de las iniciativas públicas, que "siempre superan a las privadas si se administran bien y sin corrupción". Ese corredor está en manos de seis comunas y no persigue fines de lucro, sino que todo se reinvierte en la misma ruta.
En tres años, la 14 -que conecta Villa Mugueta, Bigand y Bombal, entre otras localidades- vio incrementar el flujo automovilístico en un ciento por ciento, para recibir entre 3.000 y 3.500 unidades diarias.
El desvío se estaría haciendo por Firmat, para tomar la 14 y terminar tranquilos el viaje a Rosario. "Son algunos kilómetros más, pero valen la pena ante los semáforos, los radares y los pueblos de la 33, donde están Chabás, Pujato, Sanford y Zavalla", afirmó Daniel, un automovilista que no quiere saber más nada con los radares de Pujato y Chabás.
Orgulloso con su idea -fue el precursor del corredor- Betti aseguró que se proyecta la repavimentación de la ruta, donde se ofrecen servicios a los automovilistas. "Si se te pincha una goma, viene el auxilio y te la arregla", ejemplificó.
Presunto malestar
En tanto, una fuente de la empresa Covicentro, que tiene a su cargo la concesión de la ruta 9 que va a Córdoba, dejó entrever su fastidio por el creciente uso de radares que hacen las comunas ubicadas a la vera de ese camino. "Acá los conductores se quejan todos los días y la verdad es que en algunas cosas tienen razón. Hay comunas que son muy pequeñas y que ni te das cuenta de que estás pasando. Pero, sin embargo, te enchufan una multa por exceso de velocidad", señaló.
La misma fuente -que pidió no revelar su nombre- confirmó además que la circulación por las cabinas de peaje de esa ruta "disminuyó un poco", aunque no pudo precisar cifras concretas. "La gente se desvía de esta ruta porque hay lugares donde los controles con radares son un abuso", aseguró.
Un malestar similar genera la merma de vehículos que circulan por la ruta 33, que está concesionada por Servicios Viales, aunque el malhumor no trasciende oficialmente.
Una fuente de la empresa Servicios Viales reconoció que pasan menos coches en relación a 1999. Los presidentes comunales consultados por La Capital lo atribuyeron a la recesión. Tal es el caso de Osvaldo Salomón, presidente comunal de Chabás. Sin embargo, la misma recesión y la misma crisis valen para todos.
Se pudo saber que Servicios Viales tuvo un pequeño conflicto con las comunas por los carteles de "máxima 40", al parecer antirreglamentarios, que se han puesto en las zonas urbanizadas. La empresa dio cuenta a Vialidad Nacional, que mandó sacarlos a todos en diciembre del año pasado.
"Los carteles con máxima 40 les aseguraban a las comunas cobrar todas las multas de los autos marchando a 65 ó 70 kilómetros. En cambio, si los carteles dicen 60, por la tolerancia de 10 kilómetros más que se debe permitir, muchas multas se caen; si los automovilistas las pelean, las ganan", aseguran desde las cabinas de peaje.
¿A Córdoba? Por la 13
Cada vez son más los que eligen la ruta provincial 13 para viajar a Córdoba. Tranquila, con algunas lomadas pero sin los radares acechantes, esta vía ha visto incrementar el flujo automovilístico.
Al igual que la 14 santafesina, la 13 cordobesa está administrada por un ente intercomunal.
Lucas Diego Ludueña, supervisor del peaje de Costa Sacate, estimó que el paso de automóviles se ha incrementado un 30 por ciento en la última temporada respecto de años anteriores.