Año CXXXIV
 Nº 49.025
Rosario,
domingo  11 de
febrero de 2001
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Unos 300 padres y estudiantes se fueron de la reunión sin una solución
Los estudiantes de la Interamericana plantearon sus dudas y su disgusto
Solicitarán la suspensión de los próximos exámenes

Los alumnos de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) expresaron su disgusto y su incertidumbre en la asamblea que se realizó ayer en Pellegrini 1618, el lugar donde hasta ahora funcionaba la casa de estudios. Uno de los directivos de la sede local, que fue removido de su cargo por las autoridades nacionales de la UAI, intentó dar una explicación a los 300 padres y alumnos que se reunieron en busca de una respuesta, pero después de tres horas de tensas discusiones la mayoría se retiró mascullando quejas.
Los estudiantes presentarán mañana en el Ministerio de Educación de la Nación un documento, que hasta el momento cuenta con 200 firmas, en el que solicitan la "suspensión" de los exámenes hasta que "el conflicto se solucione". Además convocaron a otra asamblea para mañana a las 16. "No queremos que nos jodan, sólo queremos estudiar", protestó Noelia Chiarini, quien dialogó con La Capital en representación de los alumnos. Anunció además que "el petitorio será presentado también ante las fracciones de la Universidad".
El conflicto comenzó el viernes pasado, cuando el rector de la UAI, Edgardo de Vincenzi, rescindió el contrato con el delegado rosarino y abrió una nueva sede administrativa en Pellegrini 1816. Desde el Ministerio de Educación de la Nación aseguraron que el contrato de concesión que vincula a la delegación local con la sede central "está prohibido".
En lo inmediato, la preocupación de los estudiantes pasa por los exámenes que comienzan mañana. Desde la nueva sede administrativa les informaron que las mesas de examen mantendrán día y horario, pero que se realizarán en los colegios Sagrado Corazón (Mendoza 1951) y Padre Claret (Viamonte 1561). Mientras tanto, las autoridades removidas insisten en que los exámenes se realicen "como estaba previsto" antes de que se desatara el conflicto que terminó con su separación de la UAI.
"Es imposible estar en dos lugares al mismo tiempo", protestó un estudiante, quien también dudó de la validez de las mesas. Los padres también participaron de la reunión y una mujer no dudó en asegurar: "Acá a nadie le importa la educación de los chicos porque hay ambiciones de poder y económicas". También una estudiante comparó a los alumnos con "un botín de guerra".
Pero de los 4 mil alumnos que la universidad tiene en Rosario, apenas unos 200 se presentaron en la asamblea convocada por los cesanteados. "Fui a la nueva sede administrativa, me dijeron que rinda en el Sagrado Corazón y eso voy a hacer. Las cuestiones institucionales no me interesan", explicó Sebastián, un estudiante de Derecho que no participó de la reunión. Los que sí lo hicieron, por su parte, regresaron a sus casas sin encontrar soluciones concretas.



Un directivo intentó dar algunas explicaciones.
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