Sevilla nos ofrece la oportunidad de apreciar otra de las caras de esta multifacética región española. Tal como sucede en el resto de Andalucía y de España en general, también esta ciudad hunde sus raíces en dos tradiciones histórico-culturales, a saber, la árabe y la cristiana, de los cuales podemos admirar innumerables testimonios de inigualable valor y belleza: los alcázares reales, la Torre del Oro, la Giralda, la catedral dedicada a Santa María de la Sede y un larguísimo etcétera. Pero, a diferencia de otras ciudades andaluzas, Sevilla se destaca además por haber sido la puerta del Nuevo Mundo al Viejo Continente gracias al río Guadalquivir, única vía navegable de España en el tramo que va desde Sevilla hasta el Atlántico. Esta condición de ser el único puerto interior del antiguo reino le valió la posibilidad de desarrollar un floreciente comercio con la preciosa carga que las naves portaban desde América. Uno de estos tesoros era el tabaco, especialmente el "habano" proveniente de Cuba, de cuyo comercio la ciudad de Sevilla tenía el monopolio. Como herencia de esta tradición, puede visitarse lo que fue la primera fábrica de tabaco del mundo (hoy ocupada por la Universidad de Sevilla). El edificio, de extraordinaria belleza, es del siglo XVII y ha pasado a formar parte de la leyenda popular gracias a "Carmen", el sugestivo personaje de la ópera de Bizet.
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