Año CXXXIV
 Nº 49.005
Rosario,
lunes  22 de
enero de 2001
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Al técnico no le gusta "ser amigo de los jugadores"

El Patón sabe que los "entendidos", esa bolsa en la que su burbujeante ironía amontona a varios opinólogos del fútbol, prefiere encandilarse con otras luces. Como si estuviera acostumbrado a ciertas devaluaciones que depositan su mérito en el banco de suplentes, Bauza imagina que un buen atajo para invertir la ecuación mediática es tejer una estrategia apropiada para el año que amanece.
-¿Qué harías si un dirigente te impone un jugador?
-Me voy, doy un paso al costado. A mí me contrataron para ser técnico. Es lo mismo si yo le exijo al presidente que cambie al vicepresidente y lo ponga de cuarto vocal, o suba al segundo vocal de vice.
-¿Hay jugadores en el plantel que te despiertan devoción?
-Devoción no es la palabra. Siempre dije que en un plantel hay jugadores titulares y suplentes. Eso que dicen que todos son titulares es mentira. Todos los planteles tienen una base de jugadores que están por encima de otros, pero eso no quiere decir que tengan la titularidad comprada. Tienen que defenderla con uñas y dientes en cada partido y en cada práctica.
-¿Buljubasich te defraudó como jugador?
-No, para nada.
-¿Creés que la gente tiene en claro si el único motivo de su salida fue futbolístico?
-Es que no hubo otra cuestión. Fui una de las personas que más esperó que levantara su rendimiento. El Tati tuvo un bajón futbolístico y yo tenía que tomar una decisión y la tomé. Estuvimos una hora encerrados hablando y le expliqué por qué salía. Obviamente él no estuvo de acuerdo, pero es lógico que un jugador no quiera salir. Fue una decisión que tomé como tantas otras, lo que pasa es que tomó más trascendencia porque se trataba de un jugador experimentado y el capitán del equipo.
-¿La relación quedó deteriorada?
-No, para mí es la misma.
-¿Y para él?
-Creo que también, de hecho seguimos hablando. Te repito, no soy una persona de tener una relación de amistad con los jugadores, hablo lo justo y necesario. Para eso están el Camello y el profe Mur, ellos son más comunicativos.
-¿Creés que el hecho de ser poco comunicativo te juega en contra a la hora de la críticas?
-No sé, yo soy así. Mi señora dice que es malo ser de esta forma. Igualmente creo que tengo la comunicación necesaria para llevar adelante un plantel, tampoco soy una persona de decir hola y punto. Simplemente no soy amigo de los jugadores, primero porque es mi forma de ser, y segundo porque creo que debe ser así.
-¿Cómo reaccionarías si te enteraras que dentro del plantel hay un jugador homosexual?
-No sé, porque es muy difícil que suceda eso en este plantel. Son todos jugadores de las divisiones inferiores que conozco desde chicos. Pero si el plantel lo acepta yo no tendría inconvenientes. El problema de la homosexualidad no es de condición social sino de la aceptación que tenga del grupo donde convive, sea el fútbol o cualquier otro ámbito. Si lo acepta el plantel y es útil para el equipo, no tendría problemas en aceptarlo.
-Convengamos que el fútbol es un ambiente demasiado machista.
-Sí, estoy seguro de que el grupo no lo aceptaría. Por eso no conozco demasiados homosexuales en el fútbol argentino.


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