Hoy soplan otros vientos en la vida de Arriola. Convertido en una de las apariciones más prominentes de la cantera canalla, el delantero consume el martirio de su cuarta pretemporada con el plantel de primera, e interiormente tiene muy en claro que está en el umbral del gran salto a la elite del fútbol argentino. Es ahora o nunca. -¿Coincidís que a los 21 tenés que explotar este año, o serás un caso más de aquellos pibes con grandes condiciones que se quedan a mitad de camino? -Sí, es así como decís. Igualmente tengo bien en claro que si me dan continuidad puedo demostrar mis condiciones. Ahora sé que puedo dar mucho más, pero para lograr eso tengo que seguir portándome bien como hasta ahora. -¿La gente de Central te quiere porque fuiste un hincha de la popular y, por ende, amigo de la barra? -Puede ser. A los pibes de la barra los conozco porque me juntaba con ellos antes de ir a la cancha. Cuando salía el colectivo de Grandoli para seguir al equipo, yo era uno de los que viaja sin poner un peso. -¿Alguna vez dudaste de que ibas a llegar a jugar en primera? -Y algunas veces sí. Sobre todo cuando en las inferiores me mandaba alguna macana como no ir a entrenar o cuando me pasaba todo el día con mis amigos de la villa. Esta oportunidad la tengo que aprovechar sí o sí, no me queda otra. -¿Cómo tendrías que manejar el tema de la fama y el dinero? -No sé, nunca tuve fama ni dinero. Cuando la llegue a tener te contesto.
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