Año CXXXIV
 Nº 48.996
Rosario,
sábado  13 de
enero de 2001
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En el Cart se dio contra la pared

Cuando se truncó la posibilidad de Minardi, surgió rápidamente otra interesante opción a comienzos del año pasado: el Cart, categoría a la que muchos consideran como la más importante del mundo después de la Fórmula Uno. Todo parecía encaminarse para un buen año para el arrecifeño, pero terminó a los golpes contra las murallas de los distintos circuito de óvalos, con el retiro prematuro de su auspiciante argentino, Videomatch, y un final anticipado, no sólo para él sino para el equipo del argentino John Della Penna. De todas maneras, Norberto Fontana afirma que fue una buena experiencia.
No me quejo porque fue una linda experiencia. Lógicamente quería que terminase de otra manera pero con los problemas que tuvimos más no se pudo hacer, explicó el piloto de Arrecifes. Lamentablemente no tuvimos presupuesto. Fijate que hicimos una sola prueba en todo el año. Así es imposible competir con posibilidades.
-¿Los problemas vinieron por el retiro del apoyo del grupo de Marcelo Tinelli?
-Sí, empezaron ahí pero también se agravaron porque Toyota le retiraba los motores al equipo y entonces de común acuerdo decidimos cortar el vínculo para permitir el ingreso de un piloto norteamericano que pudiera influenciar en la llegada de los motores Ford. Pero ya se sabía que a Della Penna le iba a resultar muy difícil continuar, como finalmente ocurrió ya que este año no competirá en el Cart.
-¿El auto no daba para más?
-Es que no lo desarrollamos. Por momentos se mostró muy competitivo, como en Long Beach, donde hice mi mejor carrera pero cometí un error y me despisté. Cuando llovía, siempre estaba entre los tiempos de punta como en Toronto, así que era una lástima que no podíamos probar.
-¿No le agarraste la mano a los óvalos?
-Eso no es verdad. A la prensa argentina, que nunca estuvo en las carreras, les llegaba cualquier información o presumía que me pegaba porque no me adaptaba a los óvalos. Salvo en Long Beach, que no es un óvalo sino un circuito más tradicional, como me gusta a mí, los demás despistes (fueron muchos) resultaron por fallas mecánicas. Siempre algo se rompía y era inevitable que me pegara contra los muros: un radiador en Homptead, la parrilla de suspensión en Motegui, otra falla no determinada en Portland, en fin, era también consecuencia de no tener una preparación adecuada. Además, los óvalos son carreras más de puesta a punto que de pilotos. Ahí cuenta mucho el ingeniero de pista, porque lo importante es tener un buen grip, sino es muy difícil llevar el auto estable.


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