Año CXXXIV
 Nº 48.996
Rosario,
sábado  13 de
enero de 2001
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Automovilismo: Fontana busca su norte

Gustavo Conti

Como a un boxeador que le pegan duro, que parece a punto del nocaut, pero que vuelve una y otra vez a levantarse, una y otra vez a intentar revertir su suerte. Así de tozudo, de perseverante es Norberto Edgardo Fontana, aquel Fontanita que en el 97 irrumpió en la Fórmula 1 de puro guapo y constante cuando los tiempos parecían sonreírle, pero que con los golpes recibidos luego se fue transformando en este hombre mucho más maduro aún y que a los ojos de muchos expertos parece un viejo para regresar a la máxima, pese a que el próximo 20 de enero recién cumplirá 26 años. Sin embargo, sigue hurgando por una oportunidad y en el 2001 buscará usar de trampolín a la Fórmula 3000, categoría en la que ya corrió en el 99.
Después de correr 4 Grandes Premios (Francia, Inglaterra, Alemania y Europa, en Jerez, con un abandono, dos 9º puestos y un 14º) en el 97 en Sauber, reemplazando al varias veces accidentado Gianni Morbidelli, a fines de ese año decidió cortar la relación de tester con el equipo suizo -una relación más bien formal porque casi nunca probó- porque se le habían abierto las puertas para correr en Tyrrell.
Pero cuando en enero del 98 viajó a Londres para formalizar el acuerdo, el equipo se vendió a BAR y este privilegió sobre el final de las tratativas los dólares del mediocre brasileño Ricardo Rosset, hoy desaparecido del concierto internacional. Nunca estuve tan cerca de incorporarme a la Fórmula Uno como entonces, confiesa Norberto en diálogo con Ovacion.
Después vinieron las chances de Minardi del 99 ante la renuncia de Esteban Tuero (No hubo tiempo de reunir un presupuesto) y la del 2000, cuando fue invitado por Telefónica, entonces principal patrocinante del equipo italiano, para probar el auto y hasta último momento disputó la butaca que quedó en manos de Gastón Mazzacane. El estaba mejor respaldado. Tenía a PSN, que hoy por hoy creo que es el único sponsor realmente fuerte del país y que puede aportar para solventar una campaña de esa magnitud.
-Pero, ¿por qué hoy Mazzacane, sin haber logrado cosas como las que vos obtuviste a nivel internacional, está en la Fórmula 1 y vos no? Evidentemente tuvo a quien lo manejó mejor.
-Y, sí. Se ha movido bien. Eduardo Ramírez (el representante del piloto platense) se manejó correctamente y llevó a Mazzacane y a Tuero a la Fórmula Uno. Pero son las situaciones que les toca vivir a cada uno, acá cuenta mucho el apoyo financiero. Ellos lo tuvieron y yo no.
-Pero en los continuos fracasos en llegar a la Fórmula 1, ¿tuvo que ver el hecho de que quizás tu representante, Felipe Mac Gough, no se manejó tan bien como Ramírez?
-Se dijeron muchas cosas de mi relación con Felipe que no fueron ciertas. Yo no tuve nunca ningún contrato firmado con él para que me represente. Era un acuerdo de amistad. Además, últimamente no estaba él sólo en las negociaciones para entrar a la Fórmula Uno.
-Pero hoy no seguís con él.
-No, es cierto, hubo dos o tres cosas que pienso se podrían haber hecho distintas y necesitaba un cambio. Ahora mis cosas las maneja IMG Argentina (la misma empresa que representa, entre tantos otros, a Edgardo Bauza) pero con Felipe quedó una buena relación.
-¿Todavía soñás con volver a la Fórmula Uno o creés que el tren ya pasó y no podés subirte?
-¿Por qué no? Sigo manteniendo la llama encendida, porque estoy convencido de poder pelearle de igual a igual a pilotos que hoy están asentados como Ralf Schumacher y Jarno Trulli, por ejemplo. Teniendo el apoyo económico no es difícil. Hoy la Fórmula Uno se ha vuelto muy comercial. El talento es muy importante, pero lo fundamental es el dinero que te respalde.
-¿Y la edad no cuenta? Tenés casi 26 años y hoy están ingresando a la F-1 chicos casi sin experiencia, como Jenson Button el año pasado o ahora el finlandés Kimmi Raikkonen en Sauber y tal vez Fernando Alonso en Minardi.
-No, no creo que la edad cuente. Sino fijate en Pedro de la Rosa, que llegó con 29 años. Te repito, si tenés respaldo podés llegar y los jóvenes están arribando a la Fórmula Uno porque lo tienen, sino no lo harían.
-¿Estás molesto con el empresariado argentino, que no te ha dado el apoyo suficiente, y Tuero en su momento y Mazzacane sí lo han tenido?
-No, para nada. Cada empresario maneja los presupuestos como mejor le conviene. Y mucho más en estos momentos que vive el país, donde hay muchos problemas.
-¿Creés que Argentina no da para tener dos pilotos en la Fórmula 1?
-Sí, creo que sí. Presupuesto siempre hay, pero hay que ver cómo cada uno lo invierte en publicidad. Yo pienso que no sólo el fútbol es propaganda a nivel internacional. La Fórmula Uno es una vidriera muy importante y que se podría aprovechar, pero los empresarios son los que deciden.
-Dos veces intentase subirte a un Minardi, ¿no existe ahora una tercera posibilidad teniendo en cuenta que el equipo no tiene confirmado a ningún piloto?
-Lo veo muy difícil, casi imposible. Los valores que se manejan son muy altos para como está el país. Te repito, el único sponsor fuerte hoy por hoy es PSN, y lo apoya a Mazzacane. Decir lo contrario sería mentirse a uno mismo.



El gesto adusto. Fontana no tiene muy claro el presente.
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