El presidente Fernando de la Rúa dedicó buena parte de la jornada a ultimar los detalles para la puesta en marcha el Plan Federal de Infraestructura y a analizar detalles de los restantes decretos con que puso en marcha iniciativas de interés para el Ejecutivo. Tampoco se olvidó de abocarse especialmente a revistar los últimos detalles sobre la conmutación de penas a los presos por el copamiento al regimiento de La Tablada, con el propósito de satisfacer compromisos internacionales.
Junto al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y el ministro de Economía, José Luis Machinea, De la Rúa le puso palabras a la decisión de vetar las modificaciones del Congreso al presupuesto 2001, vinculados con los descuentos salariales a estatales y los incrementos del Fondo del Tabaco.
Sobre la desregulación de las obras sociales, una iniciativa resistida por la dirigencia sindical, De la Rúa le pidió a los ministros que la defiendan con el argumento de la libre elección de cada uno de los trabajadores para su cobertura de salud (ver sección Economía).
El jefe el Estado permaneció en Olivos hasta media mañana y luego se traslado a la Casa de Gobierno, donde llegó pocos minutos antes de las 10.
Al ingresar por el Hall de los Bustos, saludó alzando una mano a los periodistas que lo aguardaban en ese lugar, pero declinó formular declaraciones.
Según indicaron fuentes oficiales, el presidente ya había analizado durante el desayuno los últimos detalles de los decretos difundidos por la tarde, y mantuvo consultas telefónicas con varios colaboradores inmediatos.
A la hora señalada
El mandatario también siguió de cerca la gestión de hacer llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) de la OEA los principales aspectos del decreto que conmuta las penas a los detenidos por el copamiento al cuartel de La Tablada.
Las consultas con el organismo internacional estuvieron referidas a la nueva recomendación que hizo la Cidh, enmarcados además en la felicitación que envió el organismo al gobierno argentino por haber agotado todas las vías posibles para permitir una segunda instancia judicial a los condenados.
Una vez en la Casa de Gobierno, De la Rúa mantuvo una prolongada reunión en su despacho para determinar la vía que emplearía el gobierno nacional para lograr la aprobación de la reforma previsional.
De ese encuentro participaron Colombo, el ministro de Economía, José Luis Machinea; la titular de Trabajo, Patricia Bullrich; y el número uno de la cartera de Justicia, Jorge De la Rúa; así como legisladores de la Alianza, entre ellos el jefe de la Cámara baja, Rafael Pascual.
En ese encuentro, el presidente evaluó la conveniencia de insistir con un decreto de necesidad y urgencia o volcarse hacia la vía legislativa para promover dicha reforma.
Dudas de último momento
Según participantes de la reunión, el presidente habría manifestado su preferencia por el camino legislativo, al entender que ello le brindaría una mayor seguridad jurídica y un consenso más amplio entre los parlamentarios y la sociedad, aunque finalmente se inclinó por un decreto que no elimina el sistema de reparto y deja a las mujeres la opción de jubilarse entre los 60 y 65 años.
Antes de difundir los decretos, De la Rúa había convocado a las 16.20 a los miembros del gabinete y a legisladores oficialistas para interiorizarlos de los alcances de las medidas e instruyó a que cada ministro aclarara los alcances de los textos.
La Ciudad
