Gustavo Conti
Como todo fin de año, inevitablemente llega el tiempo de balances. En realidad, para Jorge Ribolzi el análisis de su gestión se reduce al último mes y medio del 2000, cuando tomó la conducción del plantel de Newell's Old Boys en un momento delicado luego de la renuncia de Andrés Rebottaro. La llegada del Ruso creó escepticismo en el hincha, porque no es un hombre surgido del club y tampoco contaba con antecedentes en primera. Sin embargo, siete partidos y medio apenas sirvieron para crear una base de confiabilidad con la cual apuntalar un futuro con cierta expectativa. Y la palabra del Ruso es entonces la que más espera la masa leprosa para saber qué puede depararle el destino. Si nos fijamos en los resultados se puede decir que el balance es bueno. Ganamos dos, empatamos cuatro y perdimos uno (no contó el empate del medio partido con Estudiantes). Pero lo más importante es el tema del trabajo, los resultados son la consecuencia. La predisposición que tuvo el plantel fue increíble y cuando llegás a un grupo así todo se facilita. Enseguida te agarran los tres o cuatro conceptos que les tirás. ¡Ojo!, nadie es un revolucionario que cambia todo de un día para el otro, pero sí creo que el balance es positivo, explicó Ribolzi a Ovacion. Pero enseguida advierte: No me conformo con eso. -¿Con eso querés decir que Newell's apunta, como no ocurre desde hace varios años, a cosas importantes en el 2001? -Tenemos la obligación de pensar en un objetivo importante. La primera meta es arrancar a full el 11 de enero la pretemporada. Apuntamos a una muy buena campaña y para eso hay que sumar puntos. Y con los puntos podremos pelear arriba, y estando arriba podemos entrar a una copa. -¿De pelear el título ni hablar entonces? -No es que no apunto a salir campeón, ¿cómo no voy a querer eso? Pero es una sumatoria de cosas y hay que ir paso a paso. Estamos para pelear todo, de ahí en más veremos qué pasa. -¿La tendencia definitiva es que equipos como Newell's no pueden con River o Boca? -No sé si es imposible, es la realidad. Pero ¡ojo!, los equipos grandes tampoco pueden retener a sus mejores jugadores, lo que pasa es que ellos tienen más recambios. Todos estamos en la misma bolsa y los torneos cortos te dan la sensación de que es menos díficil equiparar las cosas. -¿Para pelear todo como decís es necesario que no se vayan Bernardi o Manso? -No tengo problemas en que se vayan, al contrario. No me gusta que al jugador se le corte una buena posibilidad porque no te olvidés que yo también me calcé los cortos. A mí no me sorprende para nada que se los quieran llevar por el nivel que tuvieron, pero si se van no renunciaremos a los objetivos. -¿Estás viendo refuerzos? -Sí, pero por ahora no hay nada. Además, no tengo apuro porque hay que ver si hay ventas. Y no me quiero olvidar tampoco de las inferiores, que tienen un gran potencial. -¿Te sorprendió tener a Saldaña en plenitud cuando casi se lo había dado de baja? -No, porque uno conoce la clase de jugador y de persona que es. El es un profesional cien por cien, muy metódico. Vos le decís hacé este trabajo y lo hace. Por eso corre como corre y tiene el nivel que tiene. -¿No es malo tener tanta necesidad de un jugador así? -Nosotros tenemos un solo Saldaña, es verdad. Acá hay juventud pero todos los que llegan tienen que saber que es porque el técnico considera que están maduros y se tienen que comprometer con el trabajo. Y si bien hay jugadores muy jóvenes, también varios tienen muchos partidos en primera. -¿Te preocupan las molestias crónicas de Manso? -Sí, lógico, pero el parate le va a venir muy bien. Tiene que hacer un tratamiento y después se verá cómo evoluciona. -Sorprendió que lo dejaras ir a Diego Romano. -Es que no podía quedarme con todos y consideré que él, Uranga, Vanadía, Luque y Alvarez no tienen que estar parados. Son buenos jugadores y prefiero que jueguen en algún otro club.
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