La pista sintética de atletismo y el velódromo son promesas incumplidas que podrían dejar de serlo el año próximo. Cuestiones burocráticas impidieron la construcción de estos escenarios, imprescindibles para el despegue de dos deportes tradicionales.
En el balance del deporte amateur que publicó Ovación el 31 de enero de 1999 se destacó que se estaban iniciando las obras para la construcción de la pista de atletismo. Es más, en una nota del 1 de febrero de este año, Jorge Pardo, en ese momento presidente de la Asociación Rosarina de Atletismo, aseguró que en mayo estaría concluida y que en septiembre se realizaría el Campeonato Nacional. El año se fue y no pasó nada.
De todas maneras, existen versiones de que no falta mucho para que la obra se finalice en los primeros meses del 2001. Para el atletismo será decisivo. La vieja pista de tierra impide un crecimiento en el rendimiento de los atletas y cada vez eran menos los deportistas de la zona que se acercaban a correr. La instalación de la sintética producirá un cambio trascendente. Incluso la posibilidad de organizar torneos nacionales, y por que no, a nivel internacional.
Sin velódromo
En cuanto al velódromo en el Parque Regional Sur, es una deuda hacia los ciclistas que cada vez que tiene que intervenir en campeonatos de pista no disponen de un espacio físico para entrenar, y deben viajar a otras ciudades para su preparación. Los resultados están a la vista. Los podios pasan de largo para los rosarinos, salvo alguna honrosa excepción.
En el 2001 se develará si siguen siendo promesas. Tanto la pista sintética de atletismo y el velódromo son dos construcciones necesarias que zanjearán en parte la pobre actualidad de dos deportes venidos a menos.