El presidente Fernando de la Rúa calificó ayer de absolutamente exitoso su primer año de gobierno, ratificó el pleno cumplimiento del programa electoral de la Alianza y señaló que durante el 2001 uno de sus objetivos serán las políticas sociales. Sin embargo, admitió la existencia de expectativas insatisfechas y un efecto negativo de pesimismo con gran influencia en la población, que debe ser revertido por el propio gobierno.
De la Rúa efectuó anoche un balance de su gestión ante editores de diarios y agencias de noticias en la residencia de Olivos. En esa oportunidad, De la Rúa insistió en reclamar a la Cámara de Diputados que apruebe el próximo martes el presupuesto 2001, sin tomar en cuenta las modificaciones que le introdujo el Senado, con el fin de obtener cuanto antes el blindaje financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos de crédito.
El blindaje, señaló De la Rúa, depende mucho del presupuesto del martes. Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que no se logre a tiempo la aprobación del presupuesto, destacó su confianza en la responsabilidad de cada uno y advirtió que los que causarán lo contrario serían responsables de consecuencias gravísimas.
De la Rúa resaltó la unidad que existe en la coalición de radicales y frepasistas y subrayó que ratifico el programa de la Alianza que es el que estamos cumpliendo.
Sobre este punto, dijo que no hubo diferencias en cuanto a la adopción de políticas nacionales a pesar de la renuncia del vicepresidente Carlos Chacho Alvarez.
No tuvimos ninguna diferencia a lo largo del año y firmamos de común acuerdo todas las decisiones de gobierno, incluso cuando estaba en funciones el vicepresidente, dijo De la Rúa.
Al hacer un balance político del 2000, De la Rúa se refirió a la crisis que desembocó en la renuncia de Alvarez: Fue difícil, por no decir que fue malo, porque tuvimos problemas políticos que los superamos bien porque se preservó la unidad de la Alianza. Pensamos en los intereses de la patria por encima de los intereses de los hombres.
Indicó que otro error fue que no hicimos cambios de gabinete antes y señaló que a veces uno da demasiadas oportunidades a aquellos que no andan bien, pero a veces los cambios hay que hacerlos en el momento oportuno.
Durante la conferencia de prensa, el ministro de Economía, José Luis Machinea, opinó también sobre la necesidad de obtener cuanto antes el blindaje de más de 20.000 millones. Sin respaldo financiero aumentaría muy fuerte la incertidumbre de los mercados internacionales sobre la Argentina y sería muy difícil lograr financiamiento, sostuvo Machinea.
De la Rúa volvió sobre este punto y señaló que el blindaje generará realmente la oportunidad de crecimiento si se completa todo lo que debe hacerse para consolidar la confianza internacional.
Asimismo, manifestó que para tener un buen año económico tendremos que dar respuestas sociales, y agregó que no se puede tener un porcentaje tan alto de nuestro pueblo bajo la línea de pobreza ni tan altos índices de desempleo.
Algunos querían que en forma automática se resolvieran los problemas, pero eso no se hace por arte de magia, sostuvo el jefe del Estado.
Buenas ondas
Manifestó, también, que hay un efecto negativo de pesimismo con gran influencia en la población, pero destacó que vamos a superar los problemas porque estamos en el rumbo correcto de la economía.
De la Rúa explicó, al respecto, que el gobierno falló en no lograr un shock de confianza, pero se sembró, se diseminó pesimismo, y nos faltó poder revertirlo.
En otro orden, reconoció que tenemos problemas de comunicación.
Si queremos generar optimismo el gobierno debe trabajar difundiendo buenas noticias o los cambios que realiza, para mantener informada a la población, advirtió.
Por último, se refirió al ex presidente Carlos Menem y al gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf. Sobre Menem dijo que sostiene que no tengo un liderazgo fuerte para que piensen que él lo tenía, y subrayó que en la crítica describe la fotografía de lo que fue su gestión.
Mientras que, al referirse a Ruckauf, manifestó que debería gobernar más, ya que es asistido por la Nación para mantener la provincia. Además, debe transparentar las cuentas que le dejó (el ex gobernador Eduardo) Duhalde.
La Ciudad
