El gobierno de la Alianza cosechó en los primeros meses de gestión numerosos récords que sin duda quedarán registrados en la memoria de la gente, aunque sólo uno parecería hacer honor a la convulsionada historia argentina del siglo XX: cinco presidentes en menos de un año, empero dentro de los límites de la Constitución.
Sucede que con motivo de sus continuados viajes al exterior como jefe del Estado, Fernando de la Rúa delegó sucesivamente el mando en su entonces vicepresidente Carlos Alvarez; el ahora ex titular del Senado, José Genoud; su reemplazante, Mario Losada; y en el jefe de la Cámara de Diputados, Rafael Pascual.
Pero la punta de este top ten de la Alianza podría ser, en verdad, para el propio presidente, quien creó un ministerio (el de Infraestructura) a la medida de su amigo de toda la vida Nicolás Gallo, que, finalmente, disolvió en menos de 10 meses.
La primera vez que una coalición de partidos llega al poder será otro de los destacados de la historia argentina, así como también el récord de Alvarez -compartido con Alejandro Gómez en 1961- de renunciar a la vicepresidencia a 10 meses de haber asumido.
En esta nómina figuran también las tres huelgas nacionales en los primeros once meses de gestión, el recorte de sueldos a los empleados públicos -el mayor de la última década- y hasta los kilómetros volados por Antonio de la Rúa para ver a su novia, la cantante colombiana Shakira.
La breve estadía (menos de 24 horas) de Alberto Flamarique en la secretaría general de la Presidencia y el meteórico ascenso dentro de la Alianza de la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, aparecen además en la competitiva lista.
El hermano ministro
El hermano (en este caso, Jorge de la Rúa) de un presidente a cargo de un ministerio se suma a los récords de la Alianza, al menos como hecho inédito, al igual que la incorporación de dos mujeres (Bullrich y Graciela Fernández Meijide) en el gabinete nacional.
El número de ministros con formación económica que integran o integraron el equipo de colaboradores presidenciales (siete en total) también es otro de los récords del gobierno, en conjunto con el hecho de que el punto más débil de la gestión aliancista es, precisamente, el económico.
De todas formas, un dato político completa la lista: la caída de la imagen en la opinión pública del primer mandatario en el inicio de su gestión: según la mayoría de los sondeos publicados, del 73 por ciento bajó a menos del 10 (ver página 14).
La Ciudad
