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 martes, 28 de agosto de 2007  
Matan a un cliente de un bar en una gresca

Osvaldo Flores / La Capital

Pueblo Esther.— Un hombre murió y otros tres resultaron heridos en una pelea callejera entre dos grupos en Pueblo Esther. Ocurrió anteayer, alrededor de las 19.30, en la puerta de un bar de San Martín 1855. La policía detuvo a cuatro personas que participaron de la reyerta, quienes por ahora están acusados de homicidio y lesiones graves en riña, en una causa que se sustancia en el Juzgado de Instrucción 13 de Rosario.

Todo comenzó cuando finalizaba el partido televisado entre Vélez Sársfield y Gimnasia y Esgrima de Jujuy. En el bar había unos cuantos parroquianos, entre ellos dos grupos de cuatro personas cada uno sentados en mesas separadas. “No escuché ninguna discusión, pero de pronto los dos bandos se levantaron y se fueron a pelear afuera. Mi hija me impidió salir porque estoy teniendo problemas en el corazón”, contó ayer el dueño del bar. “Por lo que pude ver el problema no fue por el partido. Al parecer había pica desde antes”, señaló el hombre, que atiende este comercio “desde hace casi 40 años”.

En uno de los grupos estaban los hermanos Martín y Héctor Sandoval, de 27 y 37 años; Darío Alvarez, de 31, y un menor de 17. Al otro lo integraban Gustavo y Jorge Constanzo, de 30 y 32 años; Jorge Robledo, de 38 años, y su hijo Lisandro, de 19, todos ellos albañiles y al igual que el resto domiciliados en Pueblo Esther.

A golpes y cuchillo.
Según la policía, los dos grupos se enfrentaron a golpes y con armas blancas. Como saldo de la reyerta murió Martín Sandoval, víctima de una puñalada. Su hermano Ramón debió ser operado tras haber recibido varias heridas de arma blanca.

Darío Alvarez sufrió una fractura de rodilla y una herida de arma blanca en la región lumbar, mientras que el menor está internado en terapia intensiva en Rosario con una herida grave en su abdomen.

La policía detuvo al grupo de los Constanzo y los Robledo. A uno de ellos le fue secuestrado un nunchaku (un arma de artes marciales formada por dos varas unidas por una cadena corta) utilizado en la pelea. En la escena del crimen no hallaron ningún arma blanca.

El frente del comercio resultó con seis vidrios rotos, y ahora los investigadores presumen que alguno de esos trozos podría haber sido utilizado como arma mortal. La pelea también dejó su secuela en una pequeña tienda contigua al bar. “Le patearon la puerta y rompieron el vidrio”, contaron los vecinos.

Otro de los habitantes de la zona, que pidió reserva de su identidad, señaló que ambos grupos ya habían tenido un enfrentamiento “a trompadas” en cercanías del bar hace un tiempo atrás. “Parece que ayer los albañiles volvieron por la vendetta”, añadió.

Parroquianos.
“El muchacho que murió y los otros tres heridos eran clientes habituales, a los otros sólo los había visto un par de veces”, contó el dueño.

Mientras en la escena de la pelea aún se podían ver vidrios rotos y rastros de sangre por todos lados, en una funeraria contigua a la comisaría velaban ayer los restos de Sandoval.
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