Yo creo: "Para crecer afuera hay que mirar adentro"

Pedro Squillaci / Escenario

¿Qué pasará con La Sole después de su boda? Lo concreto es que hoy se casa. Sí, aunque parezca mentira, la jovencita que hace 11 años revoleaba el poncho en Cosquín junto a su hermana Natalia, ahora se convertirá en señora. Este fin de semana, por fin, pasará a ser un tema secundario el expulsado de "Gran Hermano" y el baile de Tinelli. La Sole dará el sí y allá irán las cámaras, las revistas, los diarios, las radios. Todos se van a enterar del último detalle de la boda en la iglesia de Arequito, su pueblo natal, la cena en Alto Rosario, los invitados famosos, el vestido, en síntesis, el glamour. No faltará quien diga que es el casamiento de una santafesina más importante de los últimos tiempos. Aunque todavía suena la repercusión del casorio del Lole Reutemann y también el de Guillermo Coria. Soledad Pastorutti siempre cautivó a propios y extraños por ser auténtica, transparente, por ser sobre el escenario igual que como es en el patio de su casa. Le dio un soplo de aire fresco al folclore con esa imagen y continúa en la ruta. Con mucho esfuerzo llegó el éxito y hasta fue producida por Emilio Estefan, un gurú de la música latina. Ahora bien, ¿qué pasará con Soledad después de la boda? Primero, habrá tres meses de descanso, que podría extenderse a un año sabático, y después irá por otro desafío: hacer pie en el exterior. La idea es correrse un poco de la música folclórica, como lo hizo Luciano Pereyra, y saltar el charco. Esa imagen cándida de su personalidad deberá mutar si quiere seducir a los productores latinos. El poncho quedará en el ropero, Cosquín será sólo un bello recuerdo, y tendrá que pensar en cómo salir lo mejor posible en un video de la MTV. Son las reglas del juego, hay que cambiar de música pero también de mentalidad. No es imposible, pero tampoco es fácil. La llave la tiene Soledad, si elige canciones con identidad y que no desdibujen su estilo seguirá siendo Soledad, en Santa Fe o en Estados Unidos. Para crecer afuera nada mejor que mirar hacia adentro.