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 sábado, 28 de abril de 2007  
Adriana Puiggrós: “Freire se convirtió en un símbolo de la educación popular”

Una nueva representación de la educación latinoamericana, desde los humildes, es para la especialista argentina Adriana Puiggrós, una de las enseñanzas que conviene rescatar hoy de Freire, a diez años de su muerte.

Es que para Puiggrós, actual titular de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires, Freire propuso una idea de la enseñanza “pensada desde los humildes y los campesinos”, a la vez que sus postulados aportan ideas “para una nueva concepción pedagógica, desde un vínculo dialógico entre docentes y alumnos”.

Autora del extenso prólogo a la edición argentina de “Esa escuela llamada vida” (Freire-Betto, 1988), y más recientemente del texto “De Simón Rodríguez a Paulo Freire: educación para la integración latinoamericana” (Convenio Andrés Bello), la pedagoga destaca hoy que el respeto por la cultura de otro es uno de los elementos destacados a la hora de reflexionar en torno al ideario freireano.

“El plantea el respeto por la cultura del campesino, pero esto de alguna manera es transferible a un postulado más general, como es el respeto por la cultura de otro, porque en toda situación educativa es posible que el educador y el educando vinculen sus culturas, y que que el educador respete e incorpore la cultura del educando”, señala la especialista sobre las lecturas que se pueden inferir de la producción teórica del destacado pensador brasileño. Y quien —agrega— “proporciona conceptos y una posición distinta desde la cual examinar el problema educativo, situándose desde el corazón de los problemas populares de América latina”.

Así, para Puiggrós, desde esta noción es capaz de pensar temas complejos, que hoy ganan espacios en los medios de comunicación, vinculados con la realidad y problemáticas que atraviesan a los jóvenes.

Al respecto, la ministra de Educación bonaerense opina que “cuando se trata de adolescentes, la idea radica especialmente en que el profesor escuche las problemáticas del adolescente, no sólo como problema sino también como producción cultural”.

   

Proyección internacional

Pero para Adriana Puiggrós, no sólo es importante destacar la obra escrita de Paulo Freire, sino además la representación que existe de este educador, que cobra importancia “en toda América latina y en todo el Tercer Mundo, incluso en los sectores radicalizados de los Estados Unidos”, proyectando “una pedagogía democrática”, que convierten a Freire en “símbolo de la educación popular”.

De todas maneras, para Puiggrós, y redefinición y actualización mediantes, aún es posible pensar los desafíos de la educación latinoamericana desde una pedagogía de la liberación: “La liberación tiene un sentido en Freire que va más allá de las interpretaciones que hicieron después diferentes sectores”.

“Freire tuvo muchísimos interpretadores que fueron desde la guerrilla centroamericana hasta la Unesco, es tomado por todos”, dice y agrega: “Por eso creo que hay que diferenciar tres cuestiones: lo que Freire hizo y escribió, las representaciones acerca de él que tuvieron diferentes grupos, y Freire como símbolo.

El espacio para las utopías movilizadoras es otro lugar ineludible que invita a rastrear el ideario freireano, lejos de la mera eficacia en la gestión tecnocrática que marcaba el pasado reciente, y en parte aún presente, de la educación argentina.

Frente a este desafío, la ministra bonaerense apunta que si bien es cierto que el pedagogo moviliza en ese sentido, en la búsqueda de una utopía de cambio, “realmente me parece que hace falta un contexto cultural amplio en el cual las ideas de Freire sean posibles de vehiculizar”, porque “lamentablemente en la Argentina fue la situación de miseria la que dio lugar a que las ideas de este educador se generalizaran”.

“La Argentina fue uno de los países en donde fue más difícil introducir las ideas del educador, porque mientras que hacia fines de los 60 era conocido en toda Latinoamérica, aquí sólo se lo conocía en algún que otro grupo de los cristianos para la liberación”, describe Puiggrós.
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El respeto por la cultura del otro es para Adriana Puiggrós uno de los ejes del ideario freireano.

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