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 sábado, 28 de abril de 2007  
El Monumento fue ayer un boliche para adolescentes

Belén Travesaro / La Capital

“Esta es una ocasión para la liberación”. Así definió un joven el Día de la Chupina, que se volvió a festejar a pleno ayer en Rosario. Lejos de las aulas, miles de chicos coparon parques, bares, salas de videojuegos y la peatonal Córdoba. Pero el lugar con más convocatoria fue el Monumento a la Bandera, donde se encontraron con amigos de otras escuelas, hicieron nuevas amistades y se sumaron en rondas amenizadas con guitarreadas. Desde la Guardia Urbana Municipal (GUM) aseguraron que “la jornada fue tranquila, aunque dejaron suciedad y pintaron con liquid paper los cañones en el Monumento”.

  Para evitar inconvenientes se reforzó la presencia policial en el centro. A partir de las primeras horas de la mañana, los jóvenes se pasearon por la peatonal en medio de agentes uniformados. Muchos culminaron su paseo en el Monumento y se quedaron la cantidad de horas que suelen estar en el colegio.

  Tal fue el caso de Evelyn Madosa, Magaly Camaratta y Lucía Booth, todas de 14 años y del colegio Boneo. “La mitad del curso se hizo la chupina y algunos en vez de venir acá, se fueron a la plaza Pringles”, contaron las chicas sin problemas para dar sus nombres porque confesaron que les habían avisado a sus padres que no irían a la escuela.

  “Hoy es un día para hacer lo que uno tiene ganas”, comentó otro joven que no quiso revelar su identidad porque su madre lo iba a retar a raíz del faltazo.


De fiesta
Los jóvenes estuvieron de fiesta o, en sus propias palabras, “de caravana”. Se liberaron de las restricciones del colegio, compartieron un mate o gaseosa, los enamorados se encontraron para darse unos besos y algunos aprovecharon la ocasión para fumar un cigarrillo.

“Los profe hacen paros y nosotros también”, bromeó Leonardo Escobar, un chico de 15 años que cursa en el colegio Troyano.

A quienes faltaron, el chiste no les sale gratis. “Nos ponen doble falta”, dijo Ezequiel Andrés Leiva, del colegio Alfredo Castellanos. Y un grupo de alumnos que lucían uniformes del colegio Padre Jorge Berti contó que el mismo director de la escuela salió en su auto a buscar a los que se pegaron el faltazo.
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