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 sábado, 07 de abril de 2007  
Una vigilia de lluvia y oración hacia el camino de la cruz
Desde las primeras horas de la tarde los fieles se congregaron en Natividad del Señor

La víspera del Vía Crucis en el barrio Rucci encontró a la ciudad quieta, gris y bajo una lluvia persistente que no tardó en hacerse sentir. Esta situación modificó el entorno de la parroquia Natividad del Señor, donde cientos de personas se iban congregando para participar de la principal liturgia del Viernes Santo.

Desde temprano, la gente comenzó a ocupar el salón del templo para escaparle al agua, mientras el ingenio agregó paraguas y pilotines a las ventas tradicionales de velas y rosarios. Pero más allá del inconveniente climático, en el lugar se respiraba fe.

Los fieles aguardaban que la lluvia cesara. Hubieran preferido seguir los pasos de Jesucristo sin agua. Mucho más teniendo en cuenta que fueron precisamente las precipitaciones las que entristecieron los últimos días en la ciudad. Dejaron miles de inundados que ayer, más que nunca, rogaron para que jamás se vuelva a repetir el flagelo de los anegamientos.

"Es lo más importante, es una gracia de Dios", definió Elisa y dijo que fe y esperanza van unidas y que ella estaba allí, lluvia mediante, porque en su vida y en la de su familia, hubo un "antes y un después" de su ingreso a la parroquia del padre Ignacio. A su lado, y al frente de una delegación que había llegado desde Paraná, Entre Ríos, Vivi Buchmann no pasó por alto cierto enfoque especulativo de este don sobrenatural. "Algunos vienen para que el padre los toque como si fuera magia sin poner su propia fe", explicó la mujer. Para Ariel, de 29 años y que llegó con su mamá desde Fighiera, también es importante encarnar el concepto de fe "no sólo con la oración, sino a través de los hechos, por ejemplo, ayudando a quienes menos tienen".

Mientras la tarde avanzaba hacia la ceremonia central, los feligreses rezaron el Rosario, se proveyeron de agua bendita o hicieron filas frente a la oficina de informes para comunicar novedades. No pocas veces esas noticias tenían que ver con testimonios de vida o agradecimientos. Pero todos, convencidos y felices de sumarse a la multitud que a la noche recorrió las calles del barrio.
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