Año CXXXVII Nº 49435
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Educación
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Estilo


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 01/04
Mujer 01/04
Economía 01/04
Señales 01/04
Educación 31/03
Salud 21/03
Página Solidaria 21/03

contacto
servicios
Institucional



 sábado, 07 de abril de 2007  
Acto de fe
El Vía Crucis de Ignacio convocó a 120 mil fieles
Bajo la lluvia, la gente volvió a plasmar una gran muestra de fe en el corazón de barrio Rucci

Diez minutos antes de las 22 la llovizna se transformó en lluvia y el agua cayó con fuerza. Esa adversidad, sumada a los efectos que dejó el temporal en toda una vasta región, determinó que anoche no volviera a registrarse la multitudinaria congregación de gente que el Vía Crucis que encabeza el padre Ignacio Peries en barrio Rucci había logrado plasmar el año pasado, con más de 200 mil fieles. Ayer la postal fue distinta, pero acaso más conmovedora. De acuerdo a estimaciones de Defensa Civil, fueron cerca de 120 mil las personas que llegaron hasta la parroquia Natividad del Señor y participaron de la ceremonia.

  Tomados de las manos, aferrados a fotos familiares, apiñados debajo de paraguas y empapados, caminaron por las calles de barrio Rucci y plasmaron un nuevo acto de fe. Así, el carismático sacerdote volvió a sellar su unión con los fieles.

  Todos estaban allí. Desde el matrimonio que no podía concebir hijos y que tras su diálogo con Ignacio logró el ansiado embarazo, hasta aquella mujer a la que le diagnosticaron un cáncer de mama y hoy no para de agradecer su buena evolución de salud (ver página 4).

  Llegaron desde los más recónditos lugares del país y aguardaron durante horas y bajo el agua el comienzo del Vía Crucis. Claro que esta vez, muchos faltaron a la cita.

  Según estimaron anoche los policías que se encontraban en el lugar, “el estado de las rutas, los sectores que todavía permanecen anegados y el mal tiempo que hubo durante todo el día”, sin dudas conspiraron contra la masiva concurrencia de fieles.

  Si bien las fuentes consultadas diferían a la hora de hacer un cálculo estimativo de la concurrencia de gente, los números iban desde los 80 mil a los 120 mil. Sin dudas lejos de los más de 200 mil del año pasado, pero una cifra impactante si se tiene en cuenta que el clima fue implacable durante toda la jornada.
Inicio puntual
La marcha se inició puntual, como estaba establecido, a las 20.30. Y como en años anteriores fueron varias las cruces que recorrieron el barrio seguidas de largas hileras de fieles que esta vez, y debido a las adversas condiciones climáticas, cambiaron las tradicionales velas que llevan en sus manos por paraguas.

El escenario central desde el cual Ignacio se dirigió a los fieles se montó sobre el puente que cruza la avenida de Circunvalación a la altura de calle Palliere y une al barrio Rucci con Parquefield.

Debajo, miles de paraguas tapizaron literalmente la avenida y les permitieron a los fieles seguir con atención las palabras del sacerdote, que estuvo acompañado por el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan.

Minutos antes, la organización realizó un corte de tránsito a la altura de calle Sorrento para evitar que los autos llegaran hasta el epicentro del Vía Crucis.

Así, vehículos y camiones fueron desviados por Sorrento para evitar su circulación por Circunvalación.
Las 14 estaciones
Las 14 estaciones del Vía Crucis que se representaron por las calles internas del barrio y que reflejan los distintos pasajes de los últimos momentos de la vida de Jesús, desde que fue condenado a muerte hasta que fue sepultado, fueron seguidos con atención por los fieles.

No fueron pocos los que se turnaron para llevar la cruz entre llantos y gritos de alegría. Para cada uno, tocar al Cristo crucificado tuvo distintas implicancias que guardaron muy profundo. Agradecer, rogar, pedir, implorar o tan sólo participar. El objetivo fue estar y la lluvia no los amedrentó.


La inundación
El arzobispo Mollaghan trazó ayer una especie de paralelismo entre el sufrimiento de Cristo en su Vía Crucis y el que están atravesando las miles de personas que sufren las inundaciones Muchos viven el Vía Crucis bajo el agua en sus propias casas Para todos esos hermanos hay que pedir que en forma urgente termine este Viernes Santo y que puedan celebrar la Pascua bajo el sol señaló el arzobispo que horas antes había participado del Vía Crucis que se representó en la catedral.

A metros del padre Ignacio, Mollaghan también destacó "el esfuerzo y sacrificio de la gente que siguió el camino de la cruz" en el barrio Rucci.

Unos diez minutos después de las 23, el padre Ignacio levantó la cruz con sus brazos y una cerrada ovación se adueñó de la noche. Fue quizás el instante más emotivo de la lluviosa jornada de fe.

Los fieles aplaudieron, gritaron y se emocionaron debajo de sus paraguas. En el puente sobre Palliere, Ignacio los bendijo a todos mientras el agua no dejaba de empaparlos.

Fue el corolario de una noche distinta en barrio Rucci. De esas que se plasman año tras año desde que el sacerdote de Sri Lanka llegó a Rosario para cambiar definitivamente el pulso del populoso barrio de la zona noroeste.

La última hora del Viernes Santo los encontró unidos debajo de sus paraguas. Su fe, quizás más intacta que nunca, dio otra muestra cabal de que nada los detiene. Como anoche, que llovió a rabiar e igual hubo 120 mil fieles.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Los fieles tapizaron de paraguas una mano de la avenida de Circunvalación.

Notas Relacionadas
Los pasajes del camino de Jesús

El Vía Crucis de la plaza se trasladó a la catedral

El pescado subió un 50 por ciento en Semana Santa

Una vigilia de lluvia y oración hacia el camino de la cruz

Le quedaban pocos días de vida y decidió que lo más importante es disfrutarla

No podían concebir hijos, pero ya esperan uno que se llamará Juan Ignacio



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados