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 viernes, 22 de diciembre de 2006  
A balazo limpio. Dos kilómetros a los tiros con tres ladrones en la ex ruta 9, tras un robo en Fighera
Asaltan un frigorífico y se tirotean con policías: un muerto y un herido
Habían cargado un vehículo y llegó una patrulla. Dos hampones huyeron por el campo. El baleado está muy grave

Leo Graciarena / La Capital

"Todo duró diez minutos, pero a mí me parecieron diez horas". Laura tiene 41 años y difícilmente borre de su mente el tiempo en el que estuvo en manos de un ladrón que la amenazaba con un cuchillo en la garganta. Muy temprano ayer por la mañana, tres hampones entraron a robar en el frigorífico Doroni, en la localidad de Fighiera, a 35 kilómetros de Rosario. Tras maniatar a los dueños del lugar y a un empleado, los maleantes hicieron su trabajo. Pero un acto de torpeza los dejó sin opción. Abrieron un portón sin percatarse de que tenía alarma. Y en paralelo, un llamado anónimo alertó a la subcomisaría 11ª. Cercados y sin tiempo, huyeron en un Jeep. Al salir, se toparon con un móvil policial que los persiguió a lo largo de dos kilómetros en medio de un intercambio de disparos. Un ladrón murió, otro -oriundo de San Nicolás- resultó gravemente herido y el tercero huyó corriendo por un campo de soja.

Cuando se habla de salames, salamines y chorizos caseros, Doroni es una marca reconocida por los paladares del sur de la provincia. Su fábrica está ubicada sobre la ruta 21, en Rivadavia al 600, en el mismo lugar donde hace 40 años don Alberto colocó su puestito de venta al costado del camino. Hoy el frigorífico está en manos de la segunda generación familiar. Dispone de un salón de ventas frente a la vieja ruta 9 y la planta -donde se hacen embutidos y chacinados- tiene 100 metros de largo. Al lado del establecimiento, la casa de los dueños le da el toque de empresa familiar. Hasta allí llegaron ayer, de madrugada y con buena información, tres ladrones en un Jeep Willy con motor de Ford Taunus.

"Entraron por los techos de una casa abandonada al playón de estacionamiento de la fábrica. La planta tiene el salón de ventas sobre la ruta y el portón de carga y descarga sobre Sarmiento (la primera paralela a la 21)", explicó una fuente de la investigación. Laura y su esposo Gerardo, de 48 años, se levantaron a las 4, como todos los jueves para preparar el reparto en el camión Mercedes Benz 710 de la firma. "La fábrica y la casa están separadas sólo por una puerta. Me levanté, fui para el negocio y vi que el escritorio estaba todo revuelto. Enseguida alguien me agarró desde atrás y me puso un cuchillo en el cuello", rememoró Laura.

Nadie tuvo que explicarle a la mujer que era víctima de un robo. A Laura sólo le importaban las vidas de sus dos hijos, que dormían en la casa; la de su esposo -que fue reducido por otro ladrón- y la de un empleado, que también fue maniatado. "Estoy re drogado... Dame la plata", recordó la mujer que le decía al oído el hampón mientras su dos cómplices robaban. Bajo presión, con el cuchillo en el cuello, Laura les dio algo de dinero, unos 700 pesos, y les pidió que se fueran. "Calculo que cuando nosotros entramos a la fábrica, los ladrones hacia como media hora que estaban. Habían cargado mercadería en el camión y se lo querían llevar", contó.

Pero en ese momento, sobre las 4.15, la suerte dejó de sonreirles a los ladrones. Con el camión cargado, uno de ellos abrió el portón para sacar el vehículo. Instantáneamente la alarma comenzó a sonar. Casi en paralelo, a la subcomisaría 11ª llegó el pedido de auxilio y el móvil policial con un chofer y un refuerzo fue hacia la fábrica de embutidos. "Cuando la patrulla estaba llegando a la salida de la fábrica, salían dos ladrones con bolsas de consorcio repletas de salamines, chorizos y carne. Se subieron al Jeep, en el que estaba un tercer hampón al volante, y comenzaron la huida. Cuando pasaron de frente a la patrulla, le dispararon", comentó una fuente policial consultada.

Los disparos quedaron grabados en el parabrisas y en el espejo retrovisor, del lado del conductor del móvil policial 2989. Los ladrones emprendieron la fuga por Sarmiento y rápidamente tomaron la vieja ruta 9 hacia San Nicolás. Y la patrulla siempre a su retaguardia. Los disparos surcaban el camino. Así durante 2.000 metros. "Al llegar aproximadamente al kilómetro 27 de la ruta, el Jeep quedó sobre la cuneta, lado oeste. Y dos de los ladrones salieron corriendo hacia el campo. El tercero quedó mal herido en el asiento trasero del Jeep", precisó un oficial policial.

El herido fue identificado como César Ariel Sánchez, de 20 años, oriundo de San Nicolás. Tenía dos impactos de bala, uno de ellos en la espalda. Primero fue trasladado al Hospital Nº 50 de Arroyo Seco y de allí derivado al Provincial de Rosario, donde anoche estaba conectado a un respirador, con un pulmón perforado. Sus socios consiguieron escurrirse a través de un campo de soja hacia el río Paraná, en el Jeep -que tenía varias calcos de negocios de San Nicolás, pero no contaba con patente- podían verse orificios de impactos de 9 milímetros. Uno en cada uno de los asientos, justo en centro del espaldar. "Es probable que los dos estén heridos", dijo un vocero que trabajó el caso.

Y esa conjetura se cristalizó pasado el mediodía. "A las 14.30, mientras se realizaba un rastrillaje en un sembradío de soja, se encontró el cuerpo de uno de los hampones. Tenía un impacto de bala en el tórax", explicó un oficial. "Estaba tirado, entre la soja, 100 metros en diagonal de la marca del kilómetro 27 de la ruta. Es un joven de entre 18 y 20 años", detalló el jefe de la comisaría de Fighiera, Angel González. Hasta anoche no habían informado su identidad ni si tenía prontuario. Junto a su cuerpo, consignó González, se halló un revólver calibre 32 con varias vainas servidas y tres balas en el tambor. El tercer asaltante del frigorífico, por último, permanecía prófugo. El expediente del caso está a cargo del juez de Instrucción Nº 8, Juan José Pazos.
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Uno de los delincuentes que huía cayó muerto en el medio de un campo.

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