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 domingo, 19 de noviembre de 2006  
Exodo de rosarinos en busca de vidrio a ciudades vecinas
Ya se saturaron las ventas en Arroyo Seco y Empalme Villa Constitución. Algunos viajaron hasta Santa Fe

Las vidrierías de Rosario están tan saturadas que comenzaron a dar turnos a sus clientes para dentro de quince días. Y con incertidumbre, porque no saben si los proveedores les entregarán el material para reponer cristales en hogares y vehículos. La situación obligó a muchos conductores a viajar con parches de plástico en las ventanas de sus autos y parabrisas astillados hasta Arroyo Seco, Empalme Villa Constitución, San Lorenzo, San Nicolás, Victoria y también Santa Fe, localidades donde ya se saturaron los comercios que reponen vidrios.

Los damnificados van en busca de un servicio rápido y a precio razonable, ya que en la ciudad les cotizan por la colocación y venta entre un 50 y 60 por ciento más que lo que costaba antes de la tormenta del miércoles pasado.

"Ya encargué los vidrios telefónicamente en Santa Fe y los voy a buscar", comentaba ayer Mercedes, quien perdió todos los cristales del frente de su casa ubicada en barrio Martin. La mujer dijo estar cansada de recorrer los locales rosarinos, donde no encontró nada para tapar la puerta principal de su casa, que no fuera de cartón o madera.

En una vidriería de Presidente Roca y Urquiza se dieron 300 turnos el mismo miércoles. Y el jueves a primera hora lucía en la vereda una larga cola de personas que aspiraban a convertirse en clientes en la vereda. ¿Resultado? Dejaron de atender los llamados porque apenas si podían contener a quienes llegaban con su reclamo personalmente al lugar. "Yo soy cliente, no me podés dar un turno para dentro de una semana, ¿cómo laburo?", preguntaba casi rogando un viajante a la empleada del lugar, que escuchaba todas las quejas con paciencia de terapeuta.

Fabiana es el típico caso de quien contó con suerte tras la desgracia. Consiguió que un amigo de Hughes le trajera directamente los vidrios desde esa localidad para que pudiera reponer los vidrios de su casa. "Ahora le pasaré los datos a una amiga que vive en un piso 18 y tiene todos los ventanales rotos", comentó.

La emergencia compartida hizo que muchos rosarinos se encontraran en los comercios de las localidades vecinas. En lugares donde son pocos y se conocen mucho, no pasaban desapercibidos. Dejaban estacionados sus autos completamente abollados frente a las vidrierías y todos sabían de quienes se trataba; todo un tema para los chistes y las ironías.

Y mientras los rosarinos salían de la ciudad, los vidrieros de otras localidades se venían para acá. Tal el caso del titular de una firma de Villa Constitución que cerró el local temporariamente. Ante la situación, sus dueños vinieron a trabajar a la Cuna de la Bandera.

En cambio, Empalme Villa Constitución fue receptivo. Hay un taller que ofrece servicios de reparación de cristales de automóviles que en pocas horas se vio saturado de clientes. El dueño tuvo que dar turnos para dentro de dos semanas para satisfacer la ira de los conductores. Y los dos locales de Arroyo Seco corrieron con la misma demanda. Ambos se vieron colmados de autos en espera de un nuevo parabrisas.


Demanda en Santa Fe
Por propios y extraños, Santa Fe también aumentó notoriamente la venta y colocación de parabrisas, lunetas y vidrios para autos. Si bien es cierto que los rosarinos viajan 150 kilómetros a la capital provincial con el objetivo de acortar la espera de un turno, no lo logran completamente. Es que a muchos capitalinos que estaban de visita aquí también los sorprendió la tormenta.

Aunque no se pudo establecer una cifra, La Capital relevó los comercios en Santa Fe y constató que la demanda en el rubro "cristales" creció significativamente y afectó a casi todas las firmas que se dedican a este servicio de cambio y reparación. Desde el miércoles los comercios han recibido llamados variopintos: de particulares, organismos públicos y privados. No obstante, se han registrado más consultas que concreción de operaciones ya que los comercios de la capital no tienen capacidad operativa para colocar los vidrios a todos los que lo solicitan.

El inconveniente no está dado por el stock, sino por la falta de colocadores. Los vidrios deben ser instalados por personal con experiencia y los más experimentados están desbordados por completo.

Hasta ahora, no ocurrió lo mismo en el rubro chapería y pintura. Otro servicio por el que los rosarinos daban todo en estos últimos días. Pero en la capital provincial ya hacían apuestas; calculaban que no pasarían muchos días para que comiencen a aparecer por la ciudad las caravanas de autos luciendo una carrocería llena de moretones.
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