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 sábado, 18 de noviembre de 2006  
Tarde de terror
Para arreglar roturas la UNR necesita 1,5 millón de pesos
Entre los más castigados figuran los edificios de las facultades de Arquitectura, Ciencia Política y Bioquímica

Vidrios hechos añicos, vitraux destruidos, tejas voladas, techos agujereados y salones llenos de goteras. Ese es el sintético saldo del relevamiento de daños que la Universidad Nacional de Rosario (UNR) realizó en sus doce facultades, gimnasio y sede de Rectorado luego de la granizada del miércoles. La responsable del área de política edilicia, Bibiana Poncini, le dijo ayer a La Capital que, según cálculos propios, reparar las roturas insumiría alrededor de un millón y medio de pesos. "Una cifra que esta Universidad, que aún carece de gas, no tiene bajo ningún punto de vista", lamentó.

La falta de fondos obligó al rector de la UNR, Aldo Gimbatti, a pedir auxilio a la Nación. Se contactó con el secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern, quien le pidió un informe "urgente" para evaluar la ayuda. "Estamos trabajando en él, sin dudas los inmuebles más castigados son los de Arquitectura, Bioquímica y Agrarias. Además, en Derecho tendremos que volver a trabajar sobre lo que ya se había reparado", indicó Poncini en relación al histórico edificio que hace unos años se había incendiado.

No obstante, los empleados de las facultades han ido trabajando para que no se interrumpa la actividad académica. Con nylon, madera y hasta cartones han tapado los agujeros como pudieron. Tanto esfuerzo dio sus frutos: ayer la única casa de altos estudios que estuvo totalmente cerrada fue la de Medicina.


En detalle
Poncini describió en detalle cuáles fueron los daños sufridos en cada facultad. "En La Siberia (Ciudad Universitaria) perdieron el 50 por ciento de los vidrios las facultades de Arquitectura y Ciencia Política porque sus bloques orientan hacia donde azotó el viento", remarcó la funcionaria. Si bien Psicología y Música también se levantan junto a esos edificios en Riobamba y Beruti, salieron menos perjudicadas. "Volaron fachadas de vidrio enteras, espacios que se taparon como pudieron y que obligaron a reforzar la vigilancia de la zona", agregó Poncini.

Humanidades, ubicada en pleno centro (Entre Ríos y Córdoba), salió ilesa. "Posiblemente quedó a resguardo entre tantos edificios, al igual que Ciencias Económicas (Oroño y Mendoza), cuyo edificio curiosamente no fue castigado a pesar de mirar al sudoeste", arriesgó Poncini. No obstante, la Escuela Superior de Comercio, ubicada a espaldas de Económicas, perdió varios vidrios.

El área Salud quedó en terapia. El frente de Medicina, por calle Santa Fe (y Suipacha) se muestra por estos días como un colador. Y Bioquímica, que había reparado todo un sector, para lo que invirtió un millón de pesos, perdió vidrios y tejas de un techo que, al quedar al descubierto, originó una entrada importante de agua. Odontología no fue la excepción: carga en su haber con más de 100 vidrios rotos.

La arboleda de Veterinarias, en la localidad de Casilda, quedó diezmada y el techo de chapa del patio central de Agrarias, en Zavalla, pasó a la historia. Pero, además, perdió invernáculos, reservas de forraje para ganadería y los cultivos de maíz y soja.

Por avenida Pellegrini, tanto Ingeniería como el Politécnico compartieron el embate de las piedras sobre ventanas y persianas. Derecho, que viene reparando su edificio tras la quemazón de hace tres años, deberá retomar obras ya concluidas. La tormenta se ensañó con el vitraux de su torre; vidrios que ya se habían recuperado y que obligará a desembolsar otra vez una importante suma de dinero.

La sede de Rectorado de calle Maipú 1065 (ex Hotel Italia, construido en los albores de 1900) también vio afectado un clásico vitraux. El gimnasio de Dorrego y Urquiza tampoco salió indemne: huellas de la granizada lucen en varias chapas traslúcidas del inmueble.
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