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 domingo, 10 de septiembre de 2006  
Hito. Los líderes alemanes destacaron la necesidad de avanzar en una base común de valores cristianos
Benedicto XVI se dio un baño de multitudes en Bavaria
El Pontífice inició la visita a su tierra natal. Decenas de miles de fieles saludaron a un emocionado Ratzinger

El Papa Benedicto XVI se dio ayer un baño de multitudes a su llegada a Munich, la primera escala de una gira de seis días por su Baviera natal, donde visitará los lugares en los que pasó su infancia y juventud y ejerció como catedrático de Teología y arzobispo antes de trasladarse a Roma en los años 80.

Al comienzo de la que es su segunda visita a Alemania desde su elección el año pasado como jefe de la Iglesia Católica, Joseph Ratzinger recorrió en un Papamóvil las calles del centro de la metrópolis saludando a los fieles que colmaban las calles a lo largo de kilómetros.

A su paso, tal vez por la ausencia de lemas similares en alemán, los presentes gritaban en italiano "Viva il Papa" y "Benedetto", mientras agitaban banderines con los colores del Vaticano y Baviera. La policía prevé que unas 500.000 personas participen durante el fin de semana en los actos públicos de la visita del Papa, entre ellos una misa planeada para hoy.

Tras su llegada al aeropuerto de Munich en un vuelo especial de Alitalia, el pontífice nacido hace 79 años en la localidad bávara de Marktl, acudió a rezar ante el obelisco de Santa María, una imagen de la Virgen que constituye uno de los principales emblemas de la ciudad y que es considerada el centro del catolicismo bávaro.

Ratzinger recordó que en 1977 se presentó en el lugar ante los fieles cuando fue nombrado arzobispo de Munich y que también se despidió de ellos cuando se trasladó a Roma cinco años después para trabajar como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe.

"Ahora estoy de nuevo aquí, para pedir la intercesión y la bendición de la Madre de Dios, pero esta vez no sólo para la ciudad de Munich y para Baviera, sino para la Iglesia de todo el mundo y para todas las personas de buena voluntad", dijo el Papa visiblemente alegre por la gran afluencia de fieles.

Poco antes, a su llegada al aeropuerto, Ratzinger se mostró emocionado por poder visitar de nuevo su patria. "Conmovido de corazón piso suelo bávaro por primera vez desde mi elevación a la Sede de Pedro", afirmó.

La llegada del Papa se produjo bajo un sol radiante, pero el fuerte viento en el aeropuerto hizo que se fuera volando uno de los folios de su discurso, lo que obligó al Pontífice a improvisar parte de su intervención hasta que su secretario particular, Georg Gaenswein, le trajo una copia del manuscrito.

Benedicto XVI saludó a los presentes en el aeropuerto con un "Gruess Gott!", algo así como "¡Dios les salve!", el saludo típico de los habitantes de la región. Los cientos de presentes junto a la pista, muchos de ellos vestidos con trajes regionales, rompieron en aplausos apenas aterrizó el avión.

En el aeropuerto, el pontífice fue recibido con honores militares por el presidente alemán, Horst Koehler. Entre los presentes se encontraban también la canciller Angela Merkel, el primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, y el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, el cardenal Karl Lehmann, además del anfitrión de la visita, el cardenal arzobispo de Munich, Friedrich Wetter. (Reuters y DPA)
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El Papa poco antes de rezar frente al obelisco de Santa María.

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