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 domingo, 18 de junio de 2006  
Feliz día. La vida de un padre de dedicación completa
Un "todoterreno" sin problemas de estar a cargo de sus tres hijos
Vive solo con Brian, de 14 años, y con Jonatan, de 17. También comparte la tenencia de Kevin, el más chiquito

Diego Dolce es un papá joven y su historia es especial. Tiene 36 años y tres hijos. Dos conviven con él hace nueve años: Brian, de 14 años, y Jonatan, de 17, que le saca una cabeza. Eso sería lo de menos, porque el hombre es de mediana estatura y su imagen de papá todoterreno se agiganta al conocer algunos aspectos de su vida. El menor es Kevin, de 7 años, de quien posee un régimen compartido de tutela tan amplio que está gran parte del día bajo su cuidado.

Se separó de su mujer en 1989, pero el vínculo con sus hijos se hizo fuerte, tanto que pidió, a pesar de sus jóvenes 24 años, la tenencia de los chicos mayores.

Intentó rehacer su vida y producto de esa experiencia nació Kevin. Tampoco funcionó el proyecto en pareja, pero esa frustración no le impidió tener el horizonte bien definido: el amor por sus hijos con dedicación completa.

Hoy Diego vive con sus nenes más grandes en Funes. Por la mañana les prepara el desayuno, los cambia porque quiere "estar en todos los detalles", dice. Emprende viaje hacia Rosario, donde pasa a buscar a Kevin por su hogar materno. Deja a los tres en colegios diferentes y rápidamente se dirige a su pilchería que atiende hasta el mediodía. A esa hora baja las persianas porque vuelve a buscarlos uno a uno en la escuela. Cuando llega a su casa, les prepara la comida y comparte con ellos un rato de charla.

"Los días del padre son especiales porque "reflexiono acerca de la lucha y del hermoso sacrificio que significa el rol de papá", comenta en tono sereno. Al rememorar la primeros años de convivencia con los pequeños, Diego cuenta que "fueron duros. Hubo que ocupar espacios, lavar, cocinar, limpiar la casa", pero se acostumbró.

No se considera un héroe. "Sé que hay muchos padres como yo", dice con humildad. La vida lo llevó a organizarse para estar en todos los detalles. "Hago las compras y me preparo para la semana. Soy una persona sana y quiero que los nenes crezcan igual, por eso cocino muchas verduras y casi nada de frituras", explica al mejor estilo de un ecónomo.

Es que se considera "casero" y por eso se dedica a compartir "mucho tiempo con Brian, Jonatan y Kevin. "Los más grandes son adolescente y hay que estarles encima. Es una edad difícil. Por suerte cuento con la ayuda de mi mamá, que se queda siempre con Kevin", relata. "Como es el más chico él tiene la prioridad en muchas cosas", aclara Diego.

El rostro del joven padre se llena de orgullo al mencionar algunos resultados que él atribuye al vínculo con sus hijos. "Jamás tuvieron problemas de conducta. Uno es abanderado, y los otros dos tienen muy buenas notas", afirma.

Al hablar de su padre, Jonatan asegura que "es el más grande que hay. Es un consejero inigualable y mi mejor amigo". El sentimiento de Brian es similar: "Me quiere mucho y yo a él". Para Kevin la cosa entra por la comida: "es el mejor cocinero", dicen los hinchas más fanáticos de Diego.¿Y el regalo para hoy? Tal vez lo sorprendan con un buen desayuno en la cama, para retribuir un poco los que papá prepara todos los días antes de partir rumbo al colegio.
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Diego con Kevin, su hijo más chico.

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