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 martes, 09 de mayo de 2006  
Viejos enemigos. Es la primera comunicación oficial de alto nivel en 27 años entre ambos países
El presidente de Irán seduce a Bush con una carta
La misiva, que no fue publicada, coincide con la reunión de la ONU que analiza sanciones para Teherán

Teherán/Nueva York. - El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad le escribió a su colega de EEUU George W. Bush, proponiéndole "nuevas soluciones" para sus graves diferencias, en la primera carta de un líder iraní a un mandatario de Estados Unidos en 27 años. En 1979 ambas naciones rompieron relaciones a causa de la toma de la embajada de Washington en Teherán por milicianos del nuevo régimen islámico. La carta se dio a conocer el mismo día en que en Nueva York se reunieron los representantes de los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para tratar las sanciones al régimen islámico por su programa nuclear. EEUU y Europa occidental afirman que el programa, cuestionado también por la ONU, tiene fines militares y no meramente civiles como afirma Irán.

El canciller iraní, Manouchehr Mottaki, entregó la carta al embajador suizo en Teherán. La embajada suiza en Teherán tiene una sección de intereses de Estados Unidos. El documento, de 18 páginas, fue entregado anoche a Bush. En la misiva, Ahmadineyad propone "nuevas soluciones para salir de los problemas internacionales y la frágil situación actual del mundo" , aseguró el portavoz oficial iraní Gholamossein Elham. Elham se negó a revelar otros detalles, enfatizando que "no es una carta abierta", sino personal. Cuando le preguntaron si podría llevar a negociaciones directas entre Estados Unidos e Irán, respondió: "Por ahora, es sólo una carta".

Washington y Europa mantienen con Teherán un fuerte diferendo por su programa nuclear, y en Naciones Unidas se negocia una resolución que sancione a Irán por negarse a frenar sus actividades de enriquecimiento de uranio, tal como requirió la Aiea, la agencia de la ONU para el control de las actividades nucleares.

Es la primera vez que un presidente iraní le escribe a su colega estadounidense desde 1979, cuando ambos países rompieron sus relaciones después de que un grupo de milicianos iraníes de la naciente revolución islámica asaltó la embajada norteamericana y mantuvo como rehenes a sus ocupantes por más de un año. Se sospecha que el propio presidente Ahmadineyad, por entonces un joven estudiante de ingeniería, estuvo entre los activistas.


Escepticismo en la Casa Blanca
La Casa Blanca dijo por la tarde que no estaba al tanto de ninguna carta del presidente Ahmadineyad, y el jefe supremo de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, John Negroponte, sostuvo que la acción podría estar programada para influir en el debate del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Irán.

Precisamente ayer, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, invitó a los ministros de relaciones exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y de Alemania a una cena en Nueva York, buscando unificar posiciones frente al programa nuclear iraní. Los cinco miembros permanentes del Consejo con derecho a veto son Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China.

Con la carta a Bush, Irán está intentando influir en los miembros del Consejo, declaró Negroponte. "Desde luego una de las hipótesis que hay que examinar es si el momento del envío de esa carta está relacionado con intentar, de alguna forma, influir en el debate ante el Consejo de Seguridad", señaló Negroponte. El régimen iraní amenazó el domingo con retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear si el Consejo de Seguridad de la ONU le impone sanciones.

La resolución a estudio fue diseñada por Francia y Gran Bretaña, con el apoyo de Washington, y pide que Irán detenga de inmediato sus actividades de enriquecimiento de uranio, tal como ya pidiera sin éxito la Aiea. Pero China y Rusia son claramente contrarios a aplicar sanciones a Teherán. El embajador de China ante la ONU señaló ayer que su país se oponía a cualquier resolución que invoque al Capítulo VII de la Carta de la ONU, que permite sanciones e incluso la guerra, pese a que se necesitaría de otra resolución para iniciar el conflicto.Londres, por su lado, intentó restar importancia a los temores de una medida militar.

Los analistas militares no creen que las fuerzas estadounidenses planifiquen invadir Irán, pero sí que podrían lanzar una campaña de ataques aéreos con misiles y bombas teleguiadas contra las instalaciones nucleares de la república islámica.

Por otro lado, Gran Bretaña, Francia y Alemania estudiaban un nuevo borrador un poco más suave que el existente, indicó el embajador británico ante la ONU.
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Ahmadineyad, rodeado de los comandantes de las milicias Basij en Teherán.

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