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 sábado, 22 de abril de 2006  
Casi anunciado. Un hombre con antecedente de violencia familiar desató un drama en Ocampo y Perú
Estranguló a su mujer y se mató frente a sus hijos de 4 y 6 años
El tenía 66 y ella 24. La golpeó, la colgó de un ventiluz y se ahorcó. Para los vecinos fue un final previsible

Leo Graciarena / La Capital

Lo que contaron los vecinos de Villa Urquiza ayer hace pensar que el crimen de Teresa Mabel Franco, de 24 años, estaba cantado. Fue el acto final de una drama pasional que se desarrollaba ante la vista de todos. Cuando los efectivos del Comando Radioeléctrico llegaron a la casa de Perú casi esquina Ocampo se encontraron con una criatura de seis años en la puerta. "Ahora les voy a abrir porque mi mamá está muerta", les dijo. Cuando entraron hallaron el cuerpo de la mujer colgado del ventiluz de la puerta que da al patio. Estaba atada con un cable. Luego subieron por una escalera hasta un altillo que hay en la vivienda y encontraron a Pablo Ramón Corsuza, de 66 años y pareja de la víctima, colgando de un tirante de madera. ¿Qué era lo que había sucedió en esa casa? Tras una discusión a los gritos el hombre golpeó, estranguló y colgó a la mujer. Minutos después se suicidó frente a la mirada de sus dos hijos de cuatro y seis años.

Los vecinos del barrio con zanja no paraban de contarla. Era la historia de dos personas comunes que terminó en drama pasional. Una sucesión de hechos a la vista de todos cuyo final nadie pudo cambiar. Los vecinos narraban que Pablo Ramón Corsuza había llegado al barrio hace más de 40 años. Que llegó con un hermano y trabajaba en la construcción. En Perú 2490 levantó su casa, a una cuadra de Provincias Unidas y a dos del cementerio La Piedad. Dicen que al poco tiempo de su llegada se juntó con una mujer que le dio tres hijos, que hoy tienen más de 30 años. Y que su pareja, "cansada de comerse la paliza", se fue hace más de una década de la bonita casa que ayer estaba pintada de amarillo.

Siempre según los vecinos de la cuadra, hace cuatro años Pablo se casó con Teresa Mabel, una joven que tenía un hijo de otra relación y que al poco tiempo quedó embarazada. El tenía 66 años y ella 24. "Pablo era golpeador y un tipo bastante jodido. A esta piba la cagaba a palos, como antes lo había hecho con su anterior pareja", explicó una vecina. "Ella era una piba súper ubicada, muy amable, con un carácter especial en el trato con la gente. Es más, ahora estaba trabajando de moza en un salón de fiestas", explicó. "La última semana de marzo ella se cansó de las discusiones y de que él le pegara y se fue", precisó.

La vecina aclaró que Teresa trabajaba de moza en dos salones de fiesta desde hacía un año, cuando la pareja cerró un quiosco que tenían en la vivienda. Cuando Teresa se fue, Pablo se quedó viviendo en su casa teniendo bajo su tutela los dos niños. Hace unas semanas, angustiado por la falta de efectivo, alquiló uno de los ambientes de la casa para que trabajara un peluquero.


Ante el juzgado de familia
Fuentes policiales precisaron que ayer por la mañana la pareja tuvo una audiencia en el Juzgado Colegiado de Familia número 3. La presunción de los conocidos es que había comenzado una pelea por la tenencia de los niños. De allí, y por separado, ambos llegaron a la casa de calle Perú. Teresa Mabel llevaba un oficio que la habilitaba para llevarse sus cosas. "Llegué del trabajo y mi mamá me contó que había quilombo en la casa de al lado", contó ayer Luis, el vecino que vive en la esquina con calle Ocampo. "Primero se oyeron gritos de ella y de los chicos. Y después sólo la radio. Entonces llamamos a la policía, que llegó al toque", explicó. A su lado, su mamá contaba que Mabel había llegado al mediodía y le preguntó: "Le puedo dejar unas cosas hasta que llegue el flete". Después, el final. Cuando el Comando llegó eran las 15.30.

"Todo hace pensar que el hombre primero golpeó duramente a la mujer, después empezó a estrangularla y cuando estaba desvanecida le envolvió el cuello con un cable y la colgó del ventiluz de la puerta que da al patio", explicó un pesquisa. "Después subimos al altillo y encontramos al hombre colgado de una viga, con varias vueltas de cable en el cuello". Ese fue el desenlace que presenciaron los dos niños. Varios vecinos relataron que, después de golpear a la mujer, Pablo había encerrado en un armario a una de las criaturas, algo que los investigadores no pudieron confirmar. "Cuando llegamos los dos pibitos estaban en el lugar. También escuchamos eso, pero sólo en boca de los vecinos", relató el oficial.

Cuando la ambulancia se llevaba los cuerpos rumbo al Instituto Médico Legal, en la vereda de la casa todo era desolación. "No teníamos mucho contacto con ella porque él no nos dejaba acercar", explicó derrumbada junto a un árbol Mónica, una de las hermanas de Teresa. "Ella había venido el lunes y el miércoles a pedirle (a Pablo) que le diera a los chicos para llevarlos al pediatra. Y él la amenazó: «Un día vas a entrar y no vas a salir más»", relató otra de las hermanas de la mujer, no pudiendo contener las lágrimas. Y mientras las dos criaturas que vivieron el espanto se alejaban junto a sus tías, hermanas de su mamá, uno de los más viejos en Villa Urquiza reflexionó: "Parece que al menos Dios lo iluminó y no mató a los pibes".
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Las dos chicas de la izquierda son las hermanas de la víctima.


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