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 sábado, 22 de abril de 2006  
Se enamoró de una catequista y colgó los hábitos
El cura, de gran prestigio en Villa Allende, trabajó 10 años en un hogar de 500 chicos con conflictos familiares

El sacerdote de la comunidad del Hogar Padre Luchesse, en la ciudad cordobesa de Villa Allende, renunció a su condición eclesiástica y formará pareja con una mujer de la que se enamoró, lo que causó gran conmoción en esa población del Gran Córdoba.

El cura, quien pertenece a la congregación de los Padres Escolapios, ya envió una carta al Vaticano para solicitar la dispensa del ministerio sacerdotal, que en términos concretos constituye la renuncia a sus hábitos.

El hogar en el que se desempeñaba es la continuidad de la obra del padre Francisco Luchesse, que atiende actualmente a casi 500 chicos y muchos llegan allí a pedido de los juzgados de menores, ya que provienen de situaciones familiares conflictivas.

Otras fuentes de la Iglesia Católica de Córdoba señalaron al diario La Voz del Interior que el sacerdote se habría ofrecido para seguir al frente del hogar, incluso junto a su mujer. Sin embargo, allegados a la institución de Villa Allende no pudieron confirmar que haya existido tal propuesta.

La noticia del alejamiento del cura causó tristeza a quienes frecuentan el hogar, ya que hacía más de diez años el sacerdote estaba al frente de la entidad. Allegados a la institución coincidieron en que el sacerdote renunciante -quien además vivía en el hogar- era una persona muy querida por los niños y muy respetado por sus colaboradores.

Las mismas fuentes señalaron que el sacerdote se enamoró de una maestra catequista, con quien a partir de ahora compartirá su vida fuera del sacerdocio.

Según las normas católicas, la renuncia al ministerio sacerdotal implica la imposibilidad de celebrar los sacramentos, aunque para la fe cristiana nunca deja de ser cura.

Según trascendió, se trata de un asiduo asistente a las misas en La Cripta, la parroquia en la que oficiaba misa el ex sacerdote Guillermo Mariani, enfrentado a las actuales autoridades del Arzobispado de Córdoba y con una posición crítica sobre el celibato sacerdotal.

Mariani afirmó que en general, "cuando un cura decide dejar los hábitos, porque decidió vivir en compañía de una mujer, la Iglesia le hace sentir que cometió un pecado". (DyN)
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