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 miércoles, 19 de abril de 2006  
Ladrones sigilosos consumaron dos robos nocturnos
Levantaron 10 mil pesos de un estudio de Cochabamba al 1400 y otros 2 mil de una pizzería de Mendoza al 2700

Dos irrupciones de madrugada, cometidas por personas no identificadas en distintos puntos del macrocentro, generaron rápidos dividendos a los intrusos. Uno de los robos fue en una pizzería donde los ladrones levantaron unos 2 mil pesos en efectivo distribuidos en dos cajones. El otro, en un estudio jurídico, donde tras violentar la reja de una ventana los visitantes se llevaron 10 mil pesos, también guardados en un cajón.

A los responsables de la pizzería les resultó muy raro descubrir que una de las ventanas del negocio estaba abierta de par en par. Justo la noche que el sereno estaba franco. Ayer a las 6.40 Mariano Mongiovi fue a abrir el local de la pizzería La Vendetta ubicado en la esquina de Callao y Mendoza, que comienza a recibir clientes desde las 7. El muchacho, de 24 años, debía reemplazar ayer al encargado del lugar en el que trabaja desde hace casi un año y fue quien descubrió el robo, un par de minutos después de haber ingresado.

"Al entrar por la puerta de Callao -recordó el joven- me llamó la atención que la alarma no estuviera encendida. Pero aparentemente no había nada raro. Fui hasta el vestuario, encendí una computadora y recién entonces vi los papeles revueltos al lado de la caja registradora. Entonces me fijé en los cajones donde se guardan los fondos fijos y se habían llevado la plata, en total unos 2 mil pesos".

El muchacho indicó que los cajones aparecieron abiertos sin demasiados signos de haber sido violentados, por lo cual estimó que tal vez hayan usado algo para abrir la cerradura.

Una vez descubierto el faltante, Mongiovi fue hasta el sector de delivery del local y allí encontró una ventana que da a la calle Callao abierta de par en par sin ningún indicio de haber sido forzada.

"No se llevaron ninguna otra cosa, salvo el dinero. Ni computadoras, ni máquinas, solamente fueron por la plata", dijo el muchacho, que no descartó que el o los ladrones hayan sabido dónde se guardaba el efectivo.

El otro escruche ocurrió en las oficinas de una abogada de 44 años, Anahí Gallo, ubicada en Cochabamba 1491. Según fuentes policiales, los ladrones habían violentado la reja de una ventana pequeña ubicada en la parte trasera del estudio, de donde se alzaron con 10 mil pesos.

Efectivos del Comando Radioeléctrico llegaron al lugar, presuntamente alertados por un vecino que habría escuchado ruidos extraños. Minutos más tarde compareció la abogada, donde constató no sólo la falta del dinero sino también el desorden de proporciones. Las computadoras estaban desenchufadas y aparentemente listas para ser llevadas.
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El responsable de la pizzería asaltada contó sus sensaciones al descubrir el robo.

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