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 miércoles, 19 de abril de 2006  
Un paso adelante. Hacía una década que la mujer estaba en lista de espera y ahora se recupera favorablemente
La ley de donante presunto debutó con una paciente rosarina
La norma permite ablacionar los órganos de quienes no hayan manifestado expresamente su negativa

El implante de un riñón en una rosarina que estaba en lista de espera desde hacía diez años marcó el debut de la ley de donante presunto en la provincia. La norma, que establece que toda persona es donante de órganos a menos que por escrito y oficialmente deje constancia de su negativa, permitió ablacionar el órgano de un hombre que falleció en Santa Fe y que no había manifestado expresamente su voluntad de no donar. Así, Celia podrá soñar ahora con despedirse definitivamente de las largas sesiones de diálisis a las que concurría dos veces por semana. Por el momento se recupera favorablemente de la cirugía en el Hospital Italiano.

La ley de donante presunto comenzó a regir en todo el país a partir del 1º de abril de este año, pero en la provincia debutó oficialmente el viernes pasado, cuando se puso en marcha el operativo que terminó con el implante de un riñón en el cuerpo de Celia, una mujer de 59 años.

Todo comenzó un día antes, cuando un hombre de 40 años falleció en el hospital José María Cullen de la ciudad de Santa Fe tras haber sufrido un accidente cerebrovascular. Si bien el cerebro estaba dañado, sus órganos se encontraban en perfecto estado. Así, una vez diagnosticada la muerte, los médicos coordinadores de trasplantes hospitalarios, Pablo Maidana y Martín Cuestas, pusieron en marcha el operativo de trasplante según la nueva legislación.

Primero verificaron la base de datos que hay en el país para ver si el paciente había expresado su voluntad o negativa a donar sus órganos. "Si aparecía registrado con el sí, se le debía informar a la familia y si había declarado el no, esa decisión es inmodificable, es decir, no se puede hacer la ablación por más que la familia quiera", explicó el director del Centro Unico de Donación, Ablación e Implante de Organos de Santa Fe (Cudaio), Armando Perichón.

Bajo el imperio de esta nueva ley, al no figurar ninguna respuesta el paciente se presume donante. No obstante, los médicos se comunicaron con la esposa para conocer si el hombre había manifestado en vida su decisión de donar o no los órganos. Cabe aclarar que no estaban "pidiendo permiso" para efectuar la ablación, como había que hacer antes de la modificación de la ley, sino solicitando un testimonio para ver si en algún momento el paciente había expresado su opinión al respecto.

La mujer les dijo que su marido tenía intenciones de donar sus órganos. Igualmente se le hizo firmar un acta de testimonio haciendo constar el último deseo del paciente.

Si bien esta fue la primera reacción del familiar más cercano, la madre y las hermanas se opusieron férreamente a la ablación. "Se tiene que ir como vivió", expresó la mamá. Y aunque no era necesario que los médicos brindaran razones a los familiares, frente a esta oposición dedicaron varias horas a explicar el funcionamiento de la ley y la necesidad de respetar la voluntad de la persona fallecida.

Esta es sólo una muestra del cambio cultural que implicará para muchos la aplicación de esta ley. Hoy los familiares ya no tienen la responsabilidad de decidir sobre la posibilidad de donar o no los órganos. El implicado debe tomar una decisión en vida y evita cargar a los familiares, tan afectados en esos momentos, con la responsabilidad de tomarla por él.

Los órganos fueron destinados a personas de todo el país. Además de Celia, el otro rinón lo recibió un paciente de Santa Fe y el hígado un mendocino. Las córneas aún no se distribuyeron.


Volver a vivir
Después de 15 años, Celia ya no tiene que acudir a la diálisis. Hasta hace una semana era su rutina habitual: tres veces por semana permanecía durante cuatro horas en una silla mientras se purificaban sus riñones enfermos. La semana pasada recibió el implante del riñón izquierdo, por el que había esperado durante 10 años para que su organismo volviera a funcionar con normalidad.

La jefa del servicio de Nefrología y Diálisis del Hospital Italiano de Rosario, Ana María Linchenco, explicó a La Capital que "el estado y la evolución de la paciente es muy bueno. Está muy contenta, aunque todavía en estado de aislamiento por el tratamiento de inmunosupresión que se efectúa a todos los trasplantados", confió. Con este trasplante ya son 150 las cirugías de este tipo realizadas en este servicio.
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