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 sábado, 01 de abril de 2006  
Viajeros del tiempo

¡Qué pic-nic! El pic-nic es una fiesta que está muy de moda hoy día porque si bien se guardan las reglas sociales, al mismo tiempo se rompe con las molestas restricciones que exige el banquete, el baile o el recibo de salón. Este domingo las numerosas y distinguidas familias de Alberdi realizaron uno en la casa quinta de los jóvenes Antonio y Domingo Costa. Diez breaks, varios tilburys y un ómnibus lleno de familias seguidos por numerosas amazonas y caballeros partieron bien temprano desde el boulevard San Martín, frente a la plaza, hasta el campamento. Allí el almuerzo fue a lo yankee: rápido y bueno. Los manjares, lechones, aves frías, corderos, empanadas y luego los postres y el café, se servían en mesas o sobre el césped. Un terceto de arpa, violín y flauta amenizó la velada, y la digestión se hizo bailando con tanto éxito que poco después los estómagos ya estaban dispuestos para seguir con el engullimiento. Fueron muy aplaudidos el pericón y el gato bailados a la perfección mientras el doctor Puiggari y Guillermo Pell, aficionados a la fotografía, sacaron varias instantáneas. Dos guitarras tocadas por los criollos Vergara y Resolani ejecutaron piezas de baile y canciones del país. De regreso, se hizo una entrada triunfal en Alberdi por el boulevard mientras la comitiva era saludada con aplausos y hurras. Luego se reunieron en el palacio Echesortu, donde bailaron hasta las once y media de la noche.

Disparos en Semana Santa. Hay ciertas costumbres groseras que chocan con la innegable cultura que ha alcanzado esta ciudad y que deben desaparecer. Una de ellas, que no hay nada que la disculpe ni justifique, es la de hacer disparos de armas de fuego al toque de gloria del Sábado Santo. Es triste ver que se festeje la resurrección disparando tiros como si se quisiera matar de nuevo al Dios-Hombre, y más triste aún que esta costumbre brutal produzca desgracias a veces irreparables. La policía debe aplicar con todo rigor las disposiciones que prohíben los disparos de armas de fuego para que los que no quieren mostrarse cultos lo sean por la fuerza.

¡No acatarrarse! El catarro es una enfermedad de gran importancia. Invade todos los órganos del cuerpo cuyas funciones y fuerzas debilita. Es causa frecuente de sordera y es generalmente por donde empieza la tuberculosis o tisis. Los baños fríos por la mañana, inmediatamente después de dejar el lecho, dormir con las ventanas abiertas y evitar las corrientes de aire son muy buenas precauciones, pero el preventivo más seguro es la Emulsión de Scott de aceite de hígado de bacalao. Es sorprendente la fuerza, vitalidad y energía que recibe el cuerpo humano con una pequeña dosis. De vez en cuando aparecen industriales poco escrupulosos que atribuyen propiedades curativas a productos que no las tienen y hasta se atreven a decir que el petróleo es un alimento. El petróleo es una sustancia indigerible y no tiene propiedad curativa como el aceite de bacalao.

Investigación y realización Guillermo Zinni.

Ver La Capital de 1902, 1904 y 1905.
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