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 sábado, 01 de abril de 2006  
El ejemplo del proyecto integrador de la Escuela Nº 134
La calidad educativa, la variable olvidada en la recategorización de escuelas
Temen que el proceso iniciado por Educación provincial empobrezca la enseñanza pública

Marcela Isaias / La Capital

El proceso de recategorización de escuelas de EGB puesto en marcha este año por el Ministerio de Educación de Santa Fe es apenas una muestra de los mensajes contradictorios que se mueven alrededor del sistema educativo provincial. Mensajes oficiales que por un lado hablan de escuelas inclusivas y atención a la diversidad y por otro lado sólo miran números estadísticos. Mensajes que pretenden actualizar el sistema con organigramas tan pomposos como estériles, pero con normas de más de 50 años.

El resultado claramente castiga a escuelas, alumnos y proyectos que por años han intentado torcer reglamentaciones e ideas vetustas con experiencias innovadoras. Un caso paradigmático de esta afirmación -comparable a otras tantas instituciones- es la Escuela Nº134 Cornelio Saavedra (de Pellegrini y Ricchieri), que pasa de segunda a tercera categoría por no llegar, por poco (reúne 160 chicos), a los 170 alumnos que se requiere para ser una escuela de segunda categoría (según el ordenamiento cuantitativo que organiza estas categorías). Pero con una característica especial: es pionera en Rosario (y en la provincia) de un proyecto de educación integradora.

"Para recategorizar se ha mirado sólo lo cuantitativo y utilizado una legislación de más de 50 años", dice la que fuera hasta hace pocos días directora de la 134, Florencia Seravalle.

Con una tristeza e impotencia evidentes, Seravalle considera que el Ministerio de Educación debería haber cruzado esos datos cuantitativos con el proyecto educativo y hasta con las posibilidades edilicias de sumar más matrícula, para recategorizar luego la escuela.

Y el proyecto, que desde hace 20 años desarrolla la escuela, no es un dato para despreciar a la hora de sacar cuentas. Se trata de una propuesta basada en la educación inclusiva que permite que en la misma escuela común aprendan por igual chicos con distintas capacidades. Confluyen entonces en esta matrícula, niños y niñas con síndrome de down, autistas, con problemas motrices y de hiperactividad.

"Todos aprenden, todos se benefician mutuamente", afirma una y otra vez Seravalle para defender una propuesta pedagógica que ha crecido y fortalecido a lo largo de estos 20 años. Para eso la escuela por propia iniciativa ha echado redes con especialistas y se ha apoyado en el trabajo de los padres, según cuenta la docente, que también fue jefa del departamento de Educación Especial en la gestión de la ex ministra Carola Nin, y actualmente es profesora de Ciencias de la Educación, en la Universidad Nacional de Rosario.

La necesidad de actualizar las normas que regulan el funcionamiento educativo no es caprichosa. Para Seravalle "no es posible seguir con una legislación de más de 50 años, o lo que es peor, con normas elaboradas en la última dictadura". Entiende que es preciso cambiar esta regulación, pero también que para eso "hace falta decisión política" y terminar con "el estancamiento y la mentalidad conservadora" que caracteriza a quienes están al frente del área de jurídicas en el ministerio provincial. También pidió una mayor participación de los legisladores para que se actualicen las leyes que regulan la actividad educativa.

Pero ahora la preocupación de la directora es bien puntual. Es la misma que comparten muchos maestros y directivos -ya manifestadas públicamente- afectados por este proceso de recategorización de escuelas: "Me preocupa que nos saquen cargos docentes, horas de plástica, de música, eso empobrece a la escuela".

Si bien en una reunión realizada en la sede regional, la directora Seravalle tuvo la promesa de un superior de que no se le quitarían cargos, el temor subsiste porque "la realidad es que no hay en Educación una cultura evaluativa y sólo se miran los números estadísticos".

Al respecto, la directora recordó que la Escuela Nº 134 enseña a niños que van desde el nivel inicial al 7º año de la EGB. Y que para desarrollar con éxito este proyecto pionero de educación integral es preciso trabajar con aulas no pobladas de alumnos.

La recategorización de escuelas hacía más de 20 años que no se realizaba en la provincia. En rigor, el proceso significa cambios reales en cuanto a la asignación de cargos directivos, docentes y partidas presupuestarias, pero además contiene un fuerte valor simbólico al "bajar o subir a una escuela de categoría". Los cambios tienen su correlato con el concurso de ascensos de los cargos directivos de los docentes.
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Dicen que los cambios se realizaron con normas y reglamentaciones de más de 50 años.

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