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 viernes, 02 de diciembre de 2005  
Golpe a un consulado. Asaltan la representación diplomática de Paraguay y generan conmociaón al escapar
Robo, corridas y tensión en el centro
Dos delincuentes se llevaron $16 mil tras maniatar a la cónsul paraguaya. El que tenía la plata cayó al salir del edificio. Su cómplice esquivó en veloz carrera la persecución policial tras amenazar a un taxista

Eduardo Caniglia / La Capital

Daniel, un taxista con parada habitual en la esquina de Sarmiento y Córdoba, estaba tan sorprendido como aturdido en las primeras horas de la tarde de ayer. Acababa de estar a merced de un delincuente que lo encañonó con una pistola para obligarlo a escapar del centro de la ciudad. El maleante, sentado en el asiento delantero a modo de acompañante, le había ordenado poner en marcha el auto y huir. Pero el tachero no lo hizo, se arrojó sobre el pavimento y alcanzó a guarecerse en un edificio en el mismo momento en que al ladrón se le escapó un balazo. Lo que el chofer y los atribulados transeúntes que recorrían el microcentro rosarino no sabían por esas horas, es que el atacante escapaba de la policía tras asaltar junto a un cómplice el consulado de Paraguay, de Mitre al 700. Finalmente, el fugitivo se esfumó a la carrera por el centro. En tanto, su socio no llegó muy lejos: lo atraparon enfrente de la representación diplomática con los casi 17 mil pesos que habían sustraído.

El consulado de Paraguay está emplazado en la planta alta de una antigua construcción situada en Mitre 780. Cerca de las 15.30 de ayer la cónsul, Marlene Galaberna, y su hijo, ingresaban a la representación diplomática cuando el horario de atención al público ya había finalizado. Al hacerlo dejaron la puerta principal de la planta baja abierta porque directivos de la empresa Petrobras debían arribar para realizar un trámite.

En esas circunstancias, la cónsul y su hijo fueron sorprendidos por dos hombres armados. A punta de pistola, los intrusos los obligaron a introducirse en una de las oficinas. "Nos encañonaron, nos ataron las manos con precintos plásticos y, cuando estábamos inmovilizados, nos exigieron el dinero", contó Galaberna a La Capital.

El dinero estaba guardado en una caja fuerte. Intimidada por las pistolas de los asaltantes, la cónsul decidió entregarles el efectivo. Con sus manos maniatadas, les indicó a los maleantes cómo abrir la caja de seguridad. Entonces, la tarea resultó sencilla para los ladrones: recogieron los 6.800 pesos y los 3.350 dólares que estaban en el cofre. Antes de marcharse, los malhechores tuvieron un gesto benévolo. "No se llevaron los valores en estampillas porque se los pedí expresamente", comentó Galaberna.

Los ladrones bajaron las escaleras y se marcharon llevándose las llaves de la puerta principal dejando encerrados en la planta alta del inmueble a la cónsul y su hijo. Entonces, la única posibilidad para pedir ayuda fue asomarse al balcón. Los gritos estridentes de la mujer retumbaron en Mitre y Córdoba y alertaron a policías del Comando Radioeléctrico y de la comisaría 2ª que, vestidos de civil, recorrían el centro.


Con permiso de salida
Uno de los ladrones no llegó muy lejos. Fue atrapado cuando había recorrido unos pocos metros con la plata sustraída. Su socio emprendió una alocada carrera por la peatonal Córdoba, dobló por Sarmiento hacia el sur y creyó que la mejor manera de escapar era subirse a un taxi que esperaba pasajeros en la parada ubicada frente a Falabella. Daniel, el dueño de un Ford Escort, era el primero en la fila e imprevistamente se topó con un hombre "flaco, morocho y de pelo corto", tal como lo describió. "El tipo primero pasó corriendo. Después retrocedió y se subió al auto en el asiento delantero. Me dijo arrancá, pero como no le hice caso, me lo dijo de nuevo y me apuntó con un arma. Yo me tiré al pavimento y después corrí y me metí en el edificio de enfrente", explicó sorprendido el chofer.

Cuando Daniel ya se había refugiado en el edificio Travella, situado en Sarmiento 819, una detonación de un arma de fuego lo sobresaltó a él y a la enorme cantidad de peatones que a esa hora transitaban el centro de la ciudad. Al parecer, el ladrón gatilló en forma accidental una pistola y el proyectil perforó la puerta delantera derecha del Ford Escort. Desde el inmueble donde se había refugiado, el chofer no pudo divisar el paso rápido del maleante que se bajó del taxi y continuó el escape a la carrera perseguido por un policía. El ladrón continuó hasta Rioja, dobló hacia el este y, cuando estaba a unos 50 metros de San Martín, se deshizo de una pistola calibre 22. El arma quedó sobre la vereda de un bar y el maleante giró por San Martín al norte y se esfumó. Hasta anoche no había sido localizado.

El socio del fugitivo no tuvo la misma suerte. Lo atraparon los uniformados cuando apenas había cruzado calle Mitre, frente al consulado. Todavía tenía en su poder el dinero robado y algunos efectos personales de la cónsul y su hijo. El hombre apresado fue identificado como Heriberto Vega, de 53 años. Es un recluso, según una fuente policial, que cumple una condena en la cárcel de encausados y al que le fue concedido el beneficio de las salidas transitorias.
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El delincuente apresado gozaba de salidas transitorias de la cárcel de Rosario.


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