Servicio de aguas

Las pequeñas y medianas ciudades de Santa Fe -despectivamente llamadas "de segunda"- nuevamente se ven avasalladas por las políticas implementadas desde los dos principales centros urbanos de la provincia: Rosario y Santa Fe, las "de primera". Una última expresión de esta discriminación, donde los ricos se quedan con la parte mayor y más redituable de la torta, y les reparten las migajas a los demás, se da con la política que impulsa la municipalización del servicio de agua potable y cloacas desde la Intendencia de Rosario. El servicio en esa ciudad, donde tiene la mayoría de clientes fijos y las inversiones tienen retorno, se separaría y formaría una "empresa municipal de aguas". ¿Y el resto de las comunidades pequeñas? Que se arreglen, como siempre los pobres se arreglaron. Al estilo de lo que sucede en Italia -donde el norte próspero busca segregar al sur indigente-, aquí se busca separar las regiones ricas de las pobres, para dejar de solventar solidariamente a las zonas más postergadas. En una provincia con amplios contrastes geográficos y económicos, un sur pampeano rico busca una especie de secesión que le daría la oportunidad de aprovechar sus propios recursos, sin distribución de la riqueza. Y a su vez, dentro del sur provincial, la ciudad más rica, Rosario, se separa "haciendo la suya". Esta es una política egoísta, individualista e irresponsable. La empresa de aguas debe ser provincial, conservando su unidad de gestión en todo el territorio santafesino.

Guillermo Virgili, presidente del bloque del PJ del Concejo Municipal de Cañada de Gómez