El juego de las diferencias entre los procesos de Angel Zof y Ariel Cuffaro Russo

Zof modificó el esquema táctico

Mauricio Tallone / La Capital

Cada vez que se inicia un proceso, las comparaciones con el ciclo anterior son inevitables. Siempre asoman aspectos que dividen las aguas y marcan a fuego el inicio y la finalización de una etapa. Esta nueva gestión de Angel Tulio Zof como entrenador de Central no fue la excepción a la regla. Al contrario, el veterano entrenador no perdió tiempo y enseguida dejó bien claro que moldeará con otra idea futbolística la mayoría de las piezas que estaban desparramadas en el tablero de Ariel Cuffaro Russo.

Tal vez el pobre empate ante Arsenal dejó la sensación de que Central caminó por el mismo andarivel, pero al menos se notó que existe un nuevo mensaje con sello propio, más allá de que un partido es una muestra exigua para sacar drásticas conclusiones.

El primer indicador del juego de las diferencias es el esquema táctico, porque el equipo se articuló con otro concepto colectivo. Zof metió bisturí y ubicó a una defensa zonal con línea de tres. Incluyó a Ledesma como un volante con obligaciones meramente defensivas y mantuvo la característica de los correcaminos por afuera, apelando a un sólo volante central. Eso sí, le dio más pausa al funcionamiento con la ratificación del juvenil Emiliano Vecchio, uno de sus preferidos. La movida continuó adelante con la inclusión de Vitti, uno de los jugadores que no seducía tanto al entrenador anterior, y sacó del ostracismo a Emanuel Villa. En síntesis, Zof apeló a la misma dupla de ataque de su anterior paso por el club.

En cambio, la idea madre de Cuffaro Russo era más vertiginosa. Tenía menos lugares de descanso, como supo definir Jorge Valdano a aquellos equipos que siempre juegan a la misma velocidad. El viejo Central mostró predilección por la defensa zonal con cuatro atrás y con dos marcadores de punta que salían como aviones a chorro por sus costados. La línea media la completaban dos volantes internos, lo que habitualmente se denomina doble cinco, y con dos laterales (Ferrari y Papa), con funciones defensivas y ofensivas. Además, las dos puntas eran de características bien diferentes. Mientras no surgieron los contratiempos de las lesiones, Alemanno y Villa fueron titulares inamovibles de la formación que más conformó a Cuffaro Russo. Velocidad y desborde con el Puflo, y potencia y gol con Tito. En las antípodas de la apuesta de Zof. Es que las inclusiones de Vitti y Vecchio les dan al funcionamiento un traslado más cansino y de juego más elaborado.

El otro rasgo distintivo que diferenciará a ambas gestiones está vinculado a la relación con la prensa. Zof ya anunció que no entrenará a puertas cerradas y confirmará el equipo sin jugar a las escondidas, como lo hacía su antecesor. Pero el detalle llamativo de esto es que el nuevo técnico está acompañado por los mismos ayudantes (Vigna y Falaschi) que caminaron junto a la gestión de Cuffaro Russo.

La asunción de Zof tiene como principal objetivo acomodar a un equipo que con Cuffaro estaba a la deriva. Está claro que la receta actual, por ahora, se apoya en los mismos ingredientes. Eso sí, intentará preparar un menú más sabroso en resultados.

La idea de Zof está basada en un juego más pausado.