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 martes, 22 de noviembre de 2005  
Merkel, primera mujer y primera alemana del este en la cancillería

Berlín.- Angela Merkel se convirtió hoy en la primera mujer y la primera alemana del este en asumir la jefatura de gobierno de la República Federal.

La política de 51 años se impuso para el máximo cargo gubernamental de Alemania en contra de la voluntad del Partido Socialdemócrata (SPD), que al igual que la Unión Demócrata Cristiana (CDU) no había logrado mayoría en las elecciones del 18 de septiembre.

Merkel ha demostrado en repetidas oportunidades que tiene capacidad para hacer valer su autoridad, en especial durante los cinco años que lleva como primera presidenta de la CDU.

En aquel entonces se convirtió en la esperanza del partido, que había quedado sumido en la peor crisis de su historia por el escándalo de donaciones ilegales durante el gobierno de Helmut Kohl.

Quien la subestime, habrá perdido de entrada, han dicho varios rivales internos de Merkel. La doctora en física, que se sumó a la CDU después de la reunificación alemana en 1990, está convencida de que tener el poder es la vía para mejorar las cosas.

Su estilo es, al igual que el de otros políticos del este, “más sobrio, más pragmático”, se dice de ella. No le gustan las puestas en escena ni tampoco expresar sus sentimientos.

Era considerada desabrida ya en su época de ministra de la Mujer del gabinete de Kohl en 1991. Durante mucho tiempo se resistió a los consejos de cambiar de peinado o vestir ropa más moderna aduciendo que quería seguir siendo fiel a sí misma.

Su típico atuendo era el traje de chaqueta y pantalón, algo que ha mantenido, si bien su peinado se ha modernizado.

La protestante crecida en el estado oriental de Brandemburgo era una especie de cuerpo extraño en la CDU, un partido profundamente enraizado en el catolicismo y en Alemania occidental. Como dirigente de partido se vio obligada siempre a luchar. Sus aspiraciones tambalearon una y otra vez por presiones internas o problemas con la rama bávara CSU.

Tras los comicios de septiembre, que depararon cifras muy por debajo de las esperadas por los democristianos, Merkel tuvo que volver a bregar para afianzar su posición en el partido e imponerse en una “gran coalición” con el SPD.

Cuando fue designada canciller dijo que quería servir a Alemania, y vaticinó que los tiempos venideros no serán fáciles. “No podemos hacer magia, pero trabajaremos muy duro”, proclamó.(DPA).-
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Angela Merkel, al asumir como Canciller alemana.

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