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 martes, 22 de noviembre de 2005  
Crisis en Brasilia. Lula destacó que le país crece pese al "denuncismo" desatado por la oposición
El Congreso brasileño denunciará por corrupción a unos 50 oficialistas
Entre los imputados figuran un ex ministro, un actual secretario de la Presidencia y el ex titular del PT

Brasilia. - El secretario de la comisión legislativa que investiga las múltiples denuncias de corrupción contra funcionarios del gobierno brasileño y dirigentes del oficialista Partido de los Trabajadores, anticipó que propondrá abrir procesos a por lo menos 50 personas, entre ellos un ex ministro y varios altos funcionarios. El presidente Lula, por su parte, contraatacó afirmando que el país sufre de un exceso de "denuncismo", pero que el actual clima no alterará la "seriedad" de su política económica con vistas a las elecciones de 2006, cuando intentará su reelección. Lula destacó además los indicadores económicos positivos de Brasil y ratificó a su ministro de Hacienda, Antonio Palocci.

El diputado Osmar Serraglio indicó que entre las personas a las que denunciará ante la Justicia, están el ex ministro jefe de gabinete, José Dirceu, el actual jefe de la Secretaria de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Luiz Gushiken, y el ex presidente del Partido de los Trabajadores (PT), José Genuino.

En declaraciones al diario Folha de Sao Paulo, Serraglio declinó sin embargo dar detalles de los casos o delitos específicos que propondrá, alegando que podría crear "frentes de resistencia" entre los señalados.

Sin embargo, Serraglio dijo que en el caso de Genoíno el delito sería falsedad ideológica, penado en Brasil con hasta cinco años de prisión.

El diputado no dijo cuándo presentaría su informe definitivo -sin valor penal pero que sirve de referencia a la Justicia- con el resultado de las investigaciones de la comisión, que funciona desde junio.

En esa fecha estalló un escándalo tras la acusación de un dirigente contra Dirceu y Genoíno por liderar en 2003 y 2004 un esquema de pagos de sobornos mensuales a congresistas aliados, a fin de garantizar que votaran a favor de proyectos del gobierno del presidente Lula da Silva.

El PT niega los sobornos, mientras su ex tesorero Delubio Soares mantiene que el dinero entregado, tanto a congresistas aliados como del PT, fueron fondos provenientes de préstamos bancarios, no de empresas públicas, y que los distribuyó para que los parlamentarios cancelaran deudas de campañas electorales. Soares admite que tales dineros no fueron declarados a las autoridades electorales, delito castigado con cárcel hasta por cinco años.

Dirceu y Genoíno, quienes debido al escándalo renunciaron a sus cargos en junio y julio respectivamente, niegan haber cometido cualquier acto irregular


Seriedad económica en 2006
En este marco, el presidente Lula salió ayer a asegurar que mantendrá la seriedad y responsabilidad económica en los meses preelectorales a los comicios de octubre del 2006 y resaltó que el país sigue funcionando a pesar de la "crisis de denuncismo".

"Todos nosotros tenemos que tener responsabilidad para no permitir que la política electoral pueda motivar cualquier deseo de tomar medidas" populistas, dijo Lula en un discurso en el palacio de gobierno durante un acto de sanción de una ley. "Si no permitimos que la pequeñez electoral tome cuenta de nuestro comportamiento, ciertamente estaremos dejando un Brasil que definitivamente será considerado un país serio", agregó.

La economía brasileña "va a continuar con la seriedad de hasta ahora", aseguró el mandatario destacando que en Brasil la economía junto al fútbol desataban pasiones. "La economía genera pasión, a veces hasta yo, que no entiendo mucho, adoro hacer debates de economía", manifestó.

Lula dijo que a pesar de todos los pronósticos negativos debido al creciente escándalo de corrupción surgido en junio, los principales indicadores económicos eran favorables.

A pesar de la turbulencia política los mercados no han sufrido sobresaltos. Se espera que Brasil cierre 2005 con un crecimiento económico de 3,4%, la inflación se ubique en 5,1% y el superávit comercial llegue a 40.000 millones de dólares."¿Qué país y que gobierno crecería en el año 2005 si se subordina a la crisis de denuncismo que estamos viviendo en este país, quién soportaría?" preguntó Lula.

El presidente dijo además que su ministro de Hacienda seguirá siendo Antonio Palocci, saliendo al paso así a insistentes versiones de prensa sobre una posible salida del titular de las finanzas públicas (ver aparte).
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Lula renovó su apoyo a su acosado ministro de haciendo Antonio Palocci.

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