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 miércoles, 07 de septiembre de 2005  
Mal día del timador más famoso
En 1998 estafó a 16 personas con una falsa venta de autos. En 2002 no volvió al penal VIP donde estaba preso. Pero anoche Claudio Belinatto cayó de nuevo

Claudio Antonio Belinatto estaba preso en la vieja alcaidía de la Jefatura procesado por perpetrar una jugosa estafa con la venta de automóviles importados 0 kilómetro de la que fueron víctimas varios profesionales rosarinos. Pero en diciembre de 2002 se fugó. Lo hizo en una de las tantas salidas privilegiadas de las que gozaba mediante el pago a sus guardias. Desde ese momento y hasta anoche era uno de los prófugos más afamados del medio local. Tras una "investigación tan cerrada como compleja", según la definieron los pesquisas, el timador volvió a ser apresado. Estaba tomando un café en el minimarket de una estación de servicios de la zona oeste, cercana a un complejo de cines. Aunque no se resistió a la detención, uno de los efectivos que llegó al lugar confió a este diario que el muchacho ofreció buen dinero para volver a escabullirse.

"Fue un trabajo largo, complejo, hecho en forma conjunta entre la Agrupación de Unidades Especiales (de la policía rosarina) y un organismo de inteligencia nacional", dijeron los investigadores. Para ubicar a Belinatto fueron necesarios varios meses de escuchas telefónicas a su celular "porque el tipo se movía mucho entre Rosario, Carcarañá (donde reside su esposa), Córdoba y Buenos Aires". Al final, los resultados premiaron la paciencia de los pesquisas y ahora el estafador está una vez más entre rejas.

Belinatto había sido apresado en marzo de 2002. Cuatro años antes, a mediados de 1998, el dueño de una concesionaria automotriz del microcentro de la ciudad había denunciado que un ex vendedor del comercio estaba ofreciendo en nombre de la empresa vehículos Alfa Romeo a un costo muy inferior al del mercado. Para lograr su objetivo, les exigía a sus víctimas un importante adelanto de dinero, pero sólo dos de las personas que accedieron al negocio pudieron disfrutar de los autos importados. El resto de la plata abultó sus propios bolsillos. La investigación del juez de Instrucción Osvaldo Barbero halló pruebas para considerar que mediante ese ardid, Belinatto había cometido 16 hechos de estafa. Por eso lo procesó.

Belinatto fue a parar a la alcaidía de la vieja Jefatura, en San Lorenzo al 1900. Allí fue uno más de los detenidos que usufructuó lo que se conoció como "sector Vip" del céntrico penal. En ese lugar había 23 internos que, mediante el pago de una tarifa impuesta por los jefes, tenían libertad para ingresar mercaderías diversas, usar celulares, recibir visitas adicionales y, en algunos casos, gozar de salidas a la calle sin autorización judicial.

La existencia de ese sitio se puso en evidencia al estallar un motín el 6 de septiembre de 2003. Fue un alzamiento de tres horas en las cuales unos 20 presos ajenos al sector privilegiado tomaron de rehén a un guardia por no recibir visitas. En el fragor de esa situación, familiares de los reclusos denunciaron que los guardias, con la vista gorda de los jefes, negociaban desde mercaderías diversas hasta la chance de visitas íntimas excepcionales.


Una salida sin retorno
Allí estaba Belinatto cuando el 14 de diciembre de 2002 trascendió su resonante fuga. La policía contó en una primera instancia que lo hizo tras burlar a dos guardias que lo acompañaron al Hospital Provincial del Centenario después de que simulara un repentino ataque de apendicitis.

Pero en realidad, por ser uno de los privilegiados clientes del "penal vip", Belinatto entraba y salía de la Jefatura a su antojo. "Como no era un violento sino un estafador fino lo dejaban pirarse porque no había peligro de que hiciera lío afuera. Pero un día se le cantó no volver y ahí surgió la urgencia de fabricar una explicación a su ausencia. Entonces dibujaron un sumario delirante con la evasión de un hospital, aunque el tipo siempre anduvo en la calle", contó oportunamente un abogado al trascender el episodio.

Tras cuatro años de aquel hecho, Belinatto conserva la misma fisonomía y los mismos hábitos. La primera vez lo apresaron en un bar de Urquiza y Sarmiento cuando bebía un café. Anoche lo hacía en el minimarket de una estación de servicios de Córdoba al 5200, junto al complejo de cines Village. En la primera oportunidad estaba gordo, robusto y bien vestido. Ayer también. Después de ofrecer una cifra con varios ceros para seguir en libertad sólo atinó a decir "está bien, muchachos".
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Belinatto fua apresado en Córdoba al 5200.

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