Día de la industria. Qué hay detrás de las negociaciones entre Friboi y Swift

La carne, esa típica delicia brasileña

El desembarco de capitales externos es una señal de los cambios en el sector frigorífico. El peso de Brasil

Vedado incluso en plena década de los 90 al ingreso masivo de capitales extranjeros, el mapa del mercado frigorífico local comenzó a cambiar en los últimos dos años. A la compra de AB&P por parte de la cadena inglesa Tesco y de Finexcor por parte de Cargill, se sumó esta semana la noticia de las negociaciones del grupo brasileño Friboi para comprar la mayoría accionaria de Swift, el principal exportador de carne del país.

Esta internacionalización, dirigida sobre todo a los establecimientos de perfil exportador, parece ser parte de un marco de negocios dentro de un sector, el de ganados y carnes, que está saliendo de un largo período de estancamiento. Víctor Tonelli, prócer de la industria frigorífica, creador de la marca Cabaña Las Lilas (precisamente ahora propiedad de Swift) y ex gerente de Carnes Hereford, ve estos cambios como positivos y, además, inevitables. "Si bien este es el primer desembarco de un frigorífico brasileño, ya vimos la llegada de otros grandes jugadores, hay un proceso inevitable de desembarco de compañías de primera línea que ven oportunidades en el negocio de la carne en Argentina, que todavía no ha revaluado su capital frigorífico", dijo.

Desde su punto de vista, son "señales claras de que hay oportunidades en el sector", sobre todo en el de la exportación. En siete meses de 2005, la industria frigorífica local ya exportó 750 millones de dólares en carnes frescas. Una demanda externa que se prevé sostenida por los próximos años arrastra este fenómeno, que podría profundizarse si se cumplen las expectativas de una próxima reapertura del mercado norteamericano.

"Los grupos que vienen estarán dedicados 110% a la exportación, el mundo está necesitando carne y Argentina es, junto con Brasil, la que más carne tiene, y todavía estamos entrando a precio de descuento en el mercado internacional", subrayó Tonelli. En el país de mayor consumo de carne por cápita en el mundo, el consultor advierte sobre los cambios en el mix de negocios. "Según los últimos datos, el 30% de la producción de carne va a la exportación, cuando tradicionalmente la distribución era 85% consumo interno y 15% exportación", enfatizó.

Lo que vaticina Tonelli es un proceso de concentración en el sector, que durante muchos años "estuvo demorado por las limitaciones que presentó históricamente el negocio de las carnes, con un componente marginal importante". Desde su punto de vista, en Argentina la industria frigorífica "está muy atomizada y no hay escala".

En el último simposio de ganadería en siembra directa realizado en Rosario, el consultor Ignacio Iriarte describió que en Argentina existen cerca de 500 plantas frigoríficas.

Una dimensión sobre este tema la brinda el mismo Friboi, que faena 10 mil cabezas diarias en Brasil, diez veces más que el mayor frigorífico local. Para Tonelli, en este proceso de concentración, asociado a un ciclo expansivo, "las banderas pasan a segundo plano, nos caiga más o menos simpático". Pero aseguró que ese cambio de escala "también se está dando en las empresas nacionales, como Mattievich, que en silencio se está convirtiendo en el primero o segundo frigorífico del país".


El fenómeno brasileño
En su ponencia durante el congreso organizado por Aapresid hace unos meses en Rosario, Iriarte describió el boom que llevó a Brasil a convertirse en pocos años en el principal exportador de carne del mundo. "Hace 10 años no existía en este negocio, desde entonces mejoraron el peso promedio de faena y tuvieron un espectacular aumento del rodeo, la ocupación del centro oeste les permitió el acceso a la tierra a menores costos, en una década aumentaron 3 millones de toneladas la producción y, por su bajo consumo, ese volumen se transformó en un excedente que salió a volcar al mundo", explicó.

Recordó que en ese período, la industria frigorífica "brasileña se hizo de nuevo, la mayoría de los empresarios del sector tienen menos de 50 años, copiaron de acá la resolución del corte por lo sano pero allá funcionó y y hoy no se venden medias reses y, además, el sector está fuertemente concentrado".

El papel del Banco Nacional de Desarrollo (BNDS) de Brasil, el mismo que financiará la compra de Swift por Friboi, fue crucial. "Este banco da a largo plazo tasas de financiación negativas, pero están atadas a ciertas condiciones de producción, empleo y exportaciones que, si no cumplís, fuiste", subrayó.

Esta "sobreestimulación del Estado al empresario en Brasil" se complementó con "una industria hiperprofesionalizada, donde todo es compra directa y de futuro", con plantas ubicadas "en la zona donde está la hacienda" y una ventaja de seis años respecto de la Argentina en la devaluación del tipo de cambio.

"Hoy el real se está revaluando y los productores brasileños lo viven como una tragedia", señaló el consultor. Aunque ese diferencial cambiario podría estar alentando el posicionamiento de empresas brasileñas en el sector exportador de carne argentino, Tonelli lo relativizó. "Estas inversiones se piensan a largo plazo y el tipo de cambio es mucho más coyuntural", consideró.

El fenómeno puede encontrarse más por el peso que la ganadería de Argentina y Brasil, en el conjunto, tienen en el mercado internacional. "Los mercados quedaron 75% para Brasil y 25% para Argentina, esto es así en cualquier plaza, sea Rusia, Chile o Israel, la diferencia entre los dos países es que ellos tienen una necesidad desesperada de exportar mientras que nosotros a la carne la comemos", concluyó Iriarte.